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Cabo de Peñas

Gozón, Asturias

Aquí, el cielo y las nubes son también los protagonistas. Es como si los pintores William Turner y John Constable hubieran estudiado el paisaje con pasión y esmero, durante cierto tiempo, para luego impregnar el lienzo de sus caballetes. Desde el cabo de Peñas se contempla la competencia eterna entre el mar y la montaña, mostrando en perspectiva los contornos de los acantilados, donde el agua en ocasiones horada la rasa costera ganándole, palmo a palmo, la presencia en el terreno. Dichos fenómenos naturales, como el litoral con sus playas, pueden observarse durante un placentero paseo por el itinerario habilitado para ello. Su extensión, aunque no se puede completar en algunos tramos, es de más de 18 kilómetros y va desde el cabo que sale de Avilés (punta de la Garza) hasta el oeste de Luanco. En cuanto a la flora, cabe destacar que los líquenes existentes en algunas cortezas o superficies rocosas son indicadores del grado de pureza del aire existente en esta región. La fauna queda representada por el cormorán y el halcón peregrino, entre otras especies. En las riberas también hay dunas, que con su hábitat propio acaban siendo un ecosistema en sí mismas. Destaca cualquiera de Xago.

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