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Buñol, València/Valencia
Como en el valenciano pueblo de Buñol no había playa la madre naturaleza quiso buscarle un sustituto de excepción y trazó con mano diestra la Cueva Turche, el bucólico lugar de baño adonde acuden a relajarse buñolenses y turistas. Este espacio natural, de los más bellos del municipio, fue una antigua colina que se hundió formando un hueco en la tierra. El río se encargó de llenar ese hueco y dejarle de regalo un estanque de aguas verdosas que hoy se extiende tranquilo a sus pies. Cuando las lluvias han sido abundantes, desde la vieja colina cae una cascada de agua de 60 metros hasta la laguna, y entonces la Cueva Turche se transforma en una pequeña y rústica Fontana de Trevi en suelo valenciano, con la ventaja de que aquí ningún carabiniero nos va a llamar la atención por bañarnos. En realidad, la zona, fácilmente accesible, ha sido habilitada para ello con una zona de picnic pegada al estanque, mirador de lujo a la colina-cueva. En semejante entorno, ¿quién echaría de menos la arena?
