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Escudos y blasones en la dehesa extremeña
El típico y bello paisaje de dehesa –encinas, acehúches, alcornoques, jaras y matorrales, cruzados por riachuelos que van a dar al río Salor– es el marco natural en que se halla Albalá. El municipio tiene nombre árabe pero orígenes romanos, tal y como demuestran su ubicación, en la vía romana de Mérida a Toledo, y sus yacimientos romanos. Encierran mucha historia las calles de Albalá, tachonadas de escudos y blasones. Desde hace generaciones, el Rollo –también conocido como Horca de Piedra, o Picota– es punto de encuentro para grandes y pequeños, olvidados ya sus orígenes como pilar en el que se exhibían las cabezas de los ajusticiados o los reos. La Iglesia de Santa María de la Magdalena, comenzada a mediados del siglo XV y terminada a finales del XVI, atesora diversos retablos laterales y tablas policromadas de los siglos XVII y XVIII, entre los que destaca una escultura de la Inmaculada que data de alrededor de 1600.
