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Municipio medieval suspendido en el tiempo
Nos espera una apretada agenda de arte, gastronomía y arquitectura en Burgo de Osma, una localidad que despliega uno de los más nutridos legados culturales de la provincia de Soria. Fascina de entrada su catedral, que conjuga el estilo románico, gótico, barroco y neoclásico. Como el brazo levantado de un estudiante que busca la atención de su profesor, la torre campanario de la catedral de la Asunción reclama toda la belleza de su casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico. En él, los vestigios de las murallas medievales generan una panorámica inigualable de la localidad y sus alrededores, donde podremos apreciar las ruinas del castillo y una de las atalayas que protegían Osma de los enemigos desde su estratégica posición en los cerros. El puente viejo cruza el río y acerca al paseante a la Puerta de San Miguel, la única que formaba parte del recinto amurallado y que da acceso al casco histórico del municipio soriano. La calle Mayor representa la columna vertebral de la zona antigua de Burgo de Osma. Pasear junto a las casas aportaladas permite apreciar el estilo arquitectónico tan propio de los edificios castellanos, con pilares construidos con troncos de árboles simplemente alisados. La travesía que une la medieval Plaza de la Catedral con la dieciochesca Plaza Mayor nos coloca en disposición de disfrutar de los mejores comercios y mesones de la zona junto con algunos de los edificios más emblemáticos de la localidad. Pero no todos los tesoros de este encantador pueblo medieval están dentro de su casco histórico. El paseo junto al río Ucero, por ejemplo, es una delicia en cualquier época del año. Zonas verdes acompañan al río Ucero en su encuentro con el Duero. Allí, el rubor del agua y la algarabía de los pájaros logran una síntesis perfecta y relajante para olvidar el estrés acumulado.