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Densos bosques salpicados de modernidad indiana
Que los Andrade ejercieron su dominio sobre estas tierras queda claro por la omnipresencia de un elemento de su escudo familiar: el jabalí. Aparece en la fachada trasera de la iglesia de San Martiño (siglo XVI), aunque el elemento de mayor belleza es el campanario, cuya traza barroca (del siglo XVIII) remata en cúpula. Otras piezas llamativas son las dos puertas de estilo gótico tardío entre columnas acodilladas que sostienen arquivoltas y los tres retablos barrocos del interior. A su lado se distingue la forma de un castro.
Con el verde paisaje de A Barqueira contrastan los muros blancos y el oscuro tejado de pizarra del templo neogótico de San Antonio, levantado en 1920 sobre planta de cruz latina con cimborrio en el crucero y un alto campanario. Aquí impacta una casa indiana de tres cuerpos (el del centro con tres fachadas de dos alturas) y grandes ventanas de ornamentación modernista. A la época indiana pertenece la escuela de A Avispeira, ubicada en la misma parroquia, un largo edificio con frontón donde se lee la palabra “Habana” porque fue el dinero de los emigrantes a Cuba lo que posibilitó su construcción.
El río Pontellas ofrece un verdadero espectáculo en la cascada de O Carballeiro. Cerca de ese punto se alza el molino de Bouza (siglo XIX), en uso y buen estado. La planta de arriba sirve de vivienda y en la de abajo hay ruedas para la molienda. Un agradable paseo recorre la orilla del río entre las parroquias de Cerdido y A Barqueira.
Por el entorno de Os Casás se extiende una fraga con vegetación autóctona en la que se observan antiguas oureiras, muestras de la arquitectura popular que se utilizaban para almacenar las castañas recogidas. La superficie del municipio está cubierta por el mayor eucaliptal de Europa, que convierte a la industria maderera en el motor económico. Cerdido forma parte del espacio natural Ortigueira-Mera, que la Red Natura 2000 cataloga como Zona de Especial Conservación por su enorme valor.