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Luces, cámara y acción
En Cantabria, Comillas es una localidad de cine. No es una frase hecha. Su belleza natural y la singularidad de sus edificios, vista a través de los ojos de los profesionales del celuloide, sirven para hacer un recorrido, claqueta en mano, por una ciudad bañada por el Atlántico y enmarcada en las cumbres nevadas de los Picos de Europa. Por ella, Marisol (Pepa Flores) paseó sus traumas por un tenebroso palacio de Sobrellano en 'La corrupción de Chris Miller', dirigida por Bardem. Un palacio lúgubre y monumental que también encandiló a Narciso Ibáñez Serrador para convertirlo en un internado inglés donde aterrorizó a Lilli Palmer y Cristina Galbó en 'La Residencia'. En su capilla-panteón, además, Josefina Molina situó a Fernando Fernán Gómez y Julieta Serrano para filmar el drama de 'Vera, un cuento cruel'.
En la Casa del Duque de Almodóvar, un joven Raphael paseó sus penas en 'Al ponerse el sol', y en la misma estancia desapareció misteriosamente Silvia Abascal en 'La herencia Valdemar'. Su gótica Universidad, El Capricho de Antonio Gaudí y las empedradas calles del municipio, junto con sus casas solariegas, palacios y bellos jardines, también han sido protagonistas de multitud de series televisivas: 'Para Elisa', 'Fortunata y Jacinta', 'Los camioneros' o 'Las aventuras de Pepe Carvalho' son algunos ejemplos. Por la playa de Oyambre galopó Bo Derek en 'Bolero' y en ella pasearon su historia de amor Raf Vallone y Lea Massari en 'Volver a vivir', dirigidos por Mario Camus, un director que ha encontrado en Comillas un plató recurrente. Una de sus películas, 'El color de las nubes', nos mostró el inquietante y bellísimo cementerio de la localidad, con su ángel exterminador observando a Julia Gutiérrez Caba y Ana Duato. Una localidad de luces, cámara y acción.