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Hospedaje para la monarquía en peregrinación hacia Santiago
El ejemplo más antiguo del patrimonio religioso lo constituye la iglesia de Santa Mariña de Gafoi, del siglo XII, donde el principal elemento románico es la portada. Su doble arco tiene arquivolta ajedrezada y se apoya en dos pares de columnas acodilladas. Al barroco corresponde la espadaña, que se remata con una cornisa curva. De ese mismo estilo es el templo de San Martiño de Galegos (siglo XVII), que debió servir de panteón familiar al señor de Galegos, pues tanto su hermoso sepulcro como el de su mujer se encuentran aquí. Las tumbas son dos grandes retablos graníticos formados por un alto zócalo sobre el cual descansa un arco de medio punto con pilastras. Santaia de Moar se distingue de las demás iglesias del concello por la franja vertical de piedra que cubre el centro de la fachada principal desde la puerta hasta la espadaña.
En medio de un robledal cercano se yergue la ermita de San Roque, donde la espadaña está desplazada hacia un lado de la fachada principal en vez de coronar el eje central, como es habitual en la zona. Al Pazo do Peñasco (siglo XVII) puede accederse a través del patio que se abre tras el elegante portón del muro o directamente a la vivienda por de uno de los cuerpos añadidos al edificio original. El conjunto incluye una sencilla capilla, y lo mismo sucede en el coetáneo Pazo de Galegos, llamativo por salpicar su pared encalada con pequeñas piezas de cantería oscura. El resto de casonas reflejan el neoclásico gallego que se popularizó en los siglos XVIII y XIX.
El área recreativa de Os Pasos es el punto de inicio de una ruta senderista junto al río Tambre, retenido en la presa de Ponte Carreira, un lugar idóneo para el baño al convertirse en playa fluvial. En las inmediaciones se conservan un puente romano y el Muíño do Mesón. Para quienes tengan interés en la etnografía es recomendable el Muíño de Campoduro, restaurado y en funcionamiento a orillas del río Maruzo, sin olvidar el completo Museo Etnográfico de Frades.
