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Tres puentes y ricos parajes naturales
En el Valle del Ibor, esta tranquila localidad de doscientos habitantes cuyo origen se remonta al neolítico –así dicen los dólmenes hallados en un cerro del municipio– se guarece a la sombra de la Iglesia de San Antonio Abad, construida entre los siglos XVI y XVII, en la que destacan los elaborados motivos animales y vegetales de origen románico que decoran su portada. De los tres puentes que salvan el curso del río Ibor se cree que uno es romano, al igual que la fuente que hay cercana a él. Un rollo juridisccional en la Plaza Mayor, fechado a finales del siglo XIII o comienzos del XIV, tumbas alto-medievales en el paraje de Las Viñas y varios cruceros completan el patrimonio arquitectónico de Mesas de Ibor. El municipio cuenta además con varios parajes naturales, como la Presa de Tía Teresa o la Vega de Ricomonte, que merecen la atención del viajero.
