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La dehesa cacereña
Rodeada de caminos, valles, prados, cotos y campos, la localidad de Saucedilla es conocida como la dehesa extremeña. En su término municipal, el embalse de Arrocampo, la laguna del pueblo, la cañada real leonesa occidental y la dehesa boyal confeccionan un ecosistema donde una gran variedad de aves dibujan atardeceres en el cielo, que conquistan, desde los cuatro puntos cardinales, la mirada de cualquiera de los habitantes de la villa. En su plaza central, el rollo de la justicia y la iglesia de San Juan Bautista nos narran la historia de una comarca con personalidad que se hizo valer a base de leyes propias desde el s. XVI. Un pueblo que, en su día, humilló a los herejes en su Cruz de Plasencia y que, a día de hoy, regala noches de verbena a aquellos truhanes que hacen de sus fiestas patronales el momento perfecto para regresar a esta tierra, donde las calles se convierten en recuerdos de su infancia. Un empedrado que sigue siendo la mejor pista de juegos para los más peques de la casa.
