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El verde país del río Bibei
El segundo Ayuntamiento más grande de Ourense tras A Veiga, con sus más de 271 kilómetros cuadrados, es también uno de los más verdes y generosos en ríos y paisajes de montaña. Además del Camba y el Conso, el río Bibei (afluente del Sil) es una de las mayores riquezas de este territorio, el corazón que late en su interior creando parajes de gran belleza, como ocurre a su paso por la capitalidad, circundando junto con el Camba el promontorio de la villa de Viana, con su torre del homenaje en lo alto.
Esta torre medieval de 18 metros de altura (siglos X-XII) es solo una pequeña parte de la fortaleza que antes coronaba Viana do Bolo, y fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1949. En su interior, además de otras exposiciones y una pinacoteca, se encuentra ahora el Museo Etnográfico. El barrio más antiguo, donde se concentran las casas blasonadas, es el de Cabo da Vila y habla del gran pasado de este enclave estratégico para los reinados. En la plaza Mayor, rodeada de edificios nobles, está la Fuente de la Villa, también conocida como O Pilón, homenaje a los vecinos ejecutados tras su alzamiento liberal en octubre de 1830.
En el municipio hay restos de minas romanas como las de Caldesiños, y hay constancia de la existencia de castros, cuyas piedras, en algunas ocasiones, fueron reutilizadas para construir viviendas. En Bembibre, donde también se puede visitar una bella iglesia, incrustada en una casa destaca una piedra labrada con una figura antropomorfa muy primitiva. El románico está presente en varios templos del Ayuntamiento, como la iglesia de Vilaseco. Esta, o el santuario del Padre Eterno (siglo XVII), son algunas de las construcciones religiosas que se pueden contemplar encaramadas a las pronunciadas laderas del embalse de O Vao y los caudalosos ríos que discurren por cañones. El Bibei, por ejemplo, traza un cañón de 40 kilómetros en cuyas laderas, con hasta 500 metros de desnivel, se cultiva la vid. En la capital, la iglesia parroquial de Viana también conserva restos románicos de influencia mozárabe. En arquitectura civil destacan varios pazos como el de Umoso, el de Fradelo, el de Grixoa o el de Punxeiro.
El valle y la montaña, los ríos y los cañones, conforman un paisaje en gran parte virgen que invita a echarse a caminar. Los árboles de ribera, los robles, las coníferas y descomunales castaños ponen el marco a una orografía espectacular. El roble O Pai dos Rebolos, junto al cauce del Bibei en el pueblo de Umoso, es el árbol más célebre y está catalogado y protegido por la Xunta de Galicia. Una rica fauna puebla estos escenarios de árboles centenarios: corzos, zorros, jabalíes, lobos ibéricos, águilas y búhos reales, además de la gran biodiversidad asociada a los ríos.
Aunque a la vez que con esta naturaleza bien conservada y su patrimonio arquitectónico, Viana do Bolo cuenta con una tradición cuya fama traspasa fronteras: su Carnaval. El Entroido de Viana es, como dijo en su día Pío Baroja, una de las celebraciones de don Carnal más ancestrales de Europa, con orígenes prerromanos. Su organización arranca al día siguiente de Reyes, y aunque los festejos pueden prolongarse una quincena se concentran, sobre todo, en tres fechas grandes: el Jueves de Compadres, el Jueves de Comadres, y el Domingo Gordo. Durante esas jornadas se montan las fariñadas (batallas con harina) y los protagonistas son los Boteiros, unos personajes enmascarados, vestidos de colores y tocados por deslumbrantes sombreros confeccionados con guirnaldas. Estos van acompañados de los Fulións, comitivas de decenas de vecinos que van llenando de ritmo las calles con tambores y aperos que hacen las veces de instrumentos de percusión.
Otros personajes del Entroido vianés son la Mula (una cabalgadura sobre la que antiguamente iba el cacique local repartiendo vino y comida); el Lardeiro y la Lardeira, dos muñecos rellenos de paja y de petardos que acaban colgados en la plaza Mayor en una festiva disputa entre mujeres y hombres. El jueves de Compadres ellos son los protagonistas; el de Comadres, mandan en las calles las mujeres. El Domingo, día principal, se celebra la Festa da Androlla, un embutido elaborado artesanalmente a base de costilla de cerdo adobada que es la vianda más típica de Viana do Bolo. Pero la fiesta continúa hasta el miércoles, con más desfiles y más harina volando por todas parte.
En el aspecto gastronómico, además de la androlla en Viana hacen gala de sus castañas, de su bica (una especie de bizcocho bajo y rectangular presente en gran parte de Ourense pero con secretos particulares en cada sitio) y de los vianos, unos bombones rellenos de miel.