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Un pazo-castillo como emblema
Vilamarín es un municipio situado a 15 kilómetros al norte de Ourense capital, en la frontera ya con la comarca lucense de Chantada y atravesado por el río Barbantiño, afluente del Miño que nace al norte del municipio. Es Vilamarín tierra de pazos. Destacan los de Orbán, Tamallancos, San Martiño y Sobreira pero, sobre todo, el Pazo-fortaleza de Vilamarín, de la primera mitad del siglo XV, hoy propiedad de la Diputación de Ourense. El edificio se articula alrededor de un patio con galería en el piso alto, al que se accede por una escalera de piedra. En este mismo lugar, atención a la Iglesia de Santiago, con su esbelta torre de cuatro cuerpos, y al Pazo de Rego, en Sobreira, con su imponente escudo. En las inmediaciones del castillo está también la Capilla dedicada a San Gregorio Magno, de planta rectangular, puerta principal con rosetón y espadaña de dos cuerpos.
Para gozar del entorno natural, nada mejor que el sendero del río Barbantiño, que transcurre espectacular por ambos márgenes del cauce, entre prados, robledos y molinos, abandonados o restaurados, como el Muíño de Preciosa. Hay bellísimas cascadas y, al pasar, el pueblo de Borulfe, opción para el baño en las profundas aguas de la Presa de Bouzón. Poco después llega el puente medieval de Sobreira.
Además de los pazos y el Barbantiño, brilla Vilamarín por castros como los de Baínte, Frameán, Castro de Río, Marcelle y, el más conocido, Santa Águeda, en lo alto de un cerro en la parroquia de San Vicente de Reádegos, con muralla, foso y los restos de una capilla en el centro.
En las noches de julio, el municipio celebra las Noites Teatrais, que suman ya treinta ediciones. Y para completar el ocio, Vilamarín cuenta con Escuela Hípica y un Museo Etnográfico.
