Casco histórico

Agüimes, Palmas, Las

Qué ver

Amarillos, verdes, blancos, ocres, anaranjados, marrones, azules… No es una paleta de pintor, son los colores que nos aguardan al recorrer el casco histórico de Agúimes que tras una profunda remodelación ha sabido sacar el encanto y la belleza que en muchos casos, fruto de las modas, ocultaba la villa. Hoy es un espacio dinamizador de la cultura, el ocio y la restauración de la localidad que ha sabido “cuidar la imagen” y darla a conocer para que todos podamos admirarla. Pasear por el casco de Agúimes es una delicia y en cada calle, cada esquina, cada plaza, nos saldrá al encuentro patrimonio religioso, civil, las esculturas que conforman su Museo al Aire Libre e incluso llamativos murales, como el que podemos encontrar en el paseo de la Viñuela que recuerda el pasado agrícola de Agüimes. Un pasado agrícola que también nos viene a recordar la antigua propiedad de la aristocrática familia Westerling, la Casa de los Camellos, con más de trescientos años de antigüedad. El nombre se debe porque allí se guardaban los dromedarios que se usaban para labores del campo, y aún pueden verse las altas puertas por las que estos animales accedían. Diversos emplazamientos administrativos que han utilizado antiguas casonas como morada nos saldrán una y y otra vez al encuentro. No dejemos de admirarlas, pero hagamos un alto en la encantadora plazoleta de Orlando Hernández, con una escultura homenaje a la música que llena el entorno de sonidos y contemplemos, desde esta plácida ubicación, la bonita iglesia de San Sebastián.