Casco histórico

Lazkao, Gipuzkoa/Guipúzcoa

Qué ver

Fue una mujer, María de Lazcano, la responsable de uno de los conjuntos monumentales mejor conservados de Bizkaia. Las orillas del río, sin embargo, fueron las que decidieron la disposición de esta localidad, una que parece sentarse sobre la bella ribera. Entre el río Agaunza y María de Lazcano consiguieron un hermoso casco histórico regado por el agua y los monumentos góticos y castellanos. En torno a él, se ha fundido el pasado ganadero y el señorío de una localidad en un bello palacio, un monasterio Benedictino y un precioso convento. El palacio de los Lazcano pertenece al siglo XVII, es un bien de interés cultural que se deshace imponente en sus piedras, su escudo y los bellos jardines que lo rodean. A escasos metros de él, una fachada ornamentada observa barroca el centro de la villa. Inmóvil y misteriosa, pertenece al monasterio de Santa Teresa de Jesús, un enigmático templo. Antaño, María de Lazcano quiso que fuera habitado por las carmelitas descalzas. Hoy en día se han instalado en él una comunidad de monjes benedictinos que aguardan tras uno de los edificios religiosos más emblemáticos de toda la localidad. Más serio y sobrio, el monasterio de Santa Ana se acomoda enfrente. Su construcción fue producto, entre otras cosas, de la tristeza de María de Lazcano tras perder a su marido y su hijo. Destinado a convento de clausura, este lugar rezuma clasicismo y sobriedad en su austera fisionomía exterior. Sin embargo, la iglesia que lo gobierna ha pintado su interior con bellos retablos dorados, aunque la sobriedad sigue imperando en todo el mobiliario. Junto a la iglesia de San Miguel Arcángel, todos ellos forman un conjunto inigualable que convierten el centro de Lazkao en un museo arquitectónico. Además, no solo sorprenderá la belleza monumental, sino que junto a ellos será posible recorrer la vida de una de las familias más importantes de esta localidad.