Colònia de Sant Jordi

Ses Salines, Balears/Islas Baleares

Qué ver

Las aguas cristalinas del Mediterráneo bañan playas de arena blanca y fina en la localidad costera de Colònia de Sant Jordi, en Ses Salines. Las dunas actúan de frontera entre las tonalidades azules emanadas del agua y las reservas naturales pobladas de una gran riqueza de flora y fauna. Tierras protegidas de variada vegetación que entrañan pinos, lirios de mar o cardos, entre otras muchas especies, dotan a los humedales del atractivo suficiente para que cientos de aves los utilicen como parada obligatoria en sus procesos migratorios.
Los turistas que plácidamente toman baños de sol se sumergen en las aguas de las playas dels Estanys, Trenc, Dolç o Carbó, recreando la vista con alguno de los islotes que a poca distancia emanan historia y belleza. El abundante patrimonio prehistórico de la isla encuentra su presencia en estos peñascos rocosos, como el de na Guardis o el de na Moltona, declarados bien de interés cultural. Cuevas y megalitos autóctonos, torres de escasa altura y construcciones amuralladas, como la talaya Joana y los talayots de na Mera o Els Antigors, este último también reconocido de interés cultural, componen un pasado ancestral de arquitectura remota.
Por su parte, en la playa del puerto, la tradición pesquera de lonja se fusiona con el placer lúdico de embarcaciones deportivas. Centro neurálgico de la actividad turística de la localidad, el visitante puede degustar la rica gastronomía de la zona, como arroces y pescados, en los restaurantes situados a pie de mar.