Puerto pesquero de Orio

Orio, Gipuzkoa/Guipúzcoa

Qué ver

Late en el corazón de la villa. Allí los barcos pesqueros amarran la tradición al muelle, como si quisieran contar su historia y con ella la de los inicios de esta localidad guipuzcoana. No han perdido el Norte, lo han traído dentro de sus bodegas y lo han desplegado en Orio: la perfecta villa marinera ártica.

En esta villa, el embarcadero bombea la localidad, impulsada por la trascendencia de su puerto a lo largo de los años y por la ría que lo sustenta. Espejismo del pasado, el puerto refleja aún en su bitácora el antiguo lugar de ballenadores en el que un día se convirtió. Incluso aún recuerda que fue hogar de astilleros donde crecían fragatas, galeones y otras embarcaciones menores. Ahora, queda el olor a tradición, los barcos de pesca de bajura, y la preciosa ría que contempla Orio y que se deja llevar en la sal, en los besugos y en la tradición marítima que se sube por las casas de raza náutica y amplio abolengo que miran hacia el mar… Cualquiera que lo mire por primera vez, pensará que nada en este puerto está por azar. Ni siquiera su idílico muelle convertido en una plaza central, una arteria que sube hasta el centro medieval, donde la imagen pesquera se transforma en casas renacentistas y barrocas. Hasta allí se sube el puerto cuando la mar no le deja pescar, trasladando su corazón marinero hasta el casco histórico patrimonial.