Casa del Vínculo

La sorpresa, quizá miedo, que reflejaban las caritas de los primeros niños que inauguraban el parvulario de la Casa del Vínculo no está reflejada en fotografías, pero podemos imaginarlo. Corría el siglo XVIII, el ayuntamiento había decidido levantar una planta sobre una casa noble del siglo XVII y construir un parvulario. La casa, enorme, de grandes piedras, haría sentirse pequeño a cualquier persona que pasase por allí, más si cabe a niños de cuatro o cinco años. Si la casona imponía, imaginen además que en la tercera planta se encontraba la cárcel y en la planta baja una celda de aislamiento blindada.Toda una experiencia acudir a clase.

Las viejas piedras puede que aún recojan los ecos de las risas de los niños mezcladas con los lamentos de los presos, pero a día de hoy lo que vemos es una casa blasonada, de aspecto palaciego, situada en un lugar privilegiado, a los pies del hermoso puente románico que domina la ciudad. Destaca en su interior las esculturas realizadas en los pequeños salientes de la cubierta, con motivos vegetales e imágenes del bestiario. Con el paso del tiempo, la que un día también fue almacén de productos agrícolas, e incluso de pasos procesionarios, acoge desde 2004 la oficina de turismo y una curiosa exposición de maquetas dedicada a los puentes o "caminos colgantes".