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Castillo de Chulilla

Chulilla, València/Valencia

Si Chulilla se viste de estilo mudéjar es gracias a su castillo, que la impregna entera. En sus cimientos nace la localidad, situada en las laderas del monte sobre el que se alza la fortaleza. Tiene tantos años como historias que contar. Superviviente nato cobija entre sus muros los momentos históricos del pueblo. Restos de la Edad Antigua, aljibe de la época romana y los cimientos musulmanes son solo una pequeña muestra de lo que los años, junto a las religiones, han hecho con él. Incluso durante mucho tiempo llegó a ser una prisión eclesiástica bajo el Obispado de Valencia. Historias que alimentan las ansias de supervivencia de un castillo que ha aguantado prolongadas acciones bélicas y el desgaste del tiempo. A día hoy se sujeta inalterable en el paisaje excavado por el río y plagado de una belleza inigualable. Aún recuerda por qué se mantiene vivo, por qué el terremoto del XVIII no consiguió deshacer sus piedras, por qué su antemuralla y la torre barbacana (torre aislada situada sobre una puerta) se mantienen en pie. Él es la memoria de Chulillas, él no se puede permitir caer.

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