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A esta ermita es casi mejor no acudir en invierno. Aunque la imagen del santuario nevado tiene que ser muy hermosa. Porque sí, aquí nieva. Estamos en un punto alto llamado la cuesta de la Rogativa, en la sierra de los Revolcadores, yendo desde Moratalla a la aldea de Calar de la Santa, casi en el límite con Albacete. Cuando llegamos arriba, descansamos y, por fin, vemos un conjunto arquitectónico grande para ser llamado ermita. Sin embargo, la sencillez de sus materiales (madera, ladrillo y piedra) sí corresponde con la austeridad que se le supone a este tipo de templo. Es amable con el viajero porque si llueve tiene espacios para ponerse a cubierto y si el calor aprieta, también. La sencillez del exterior se torna en colorido una vez en el presbiterio, que es la parte más rica en decoración pictórica y donde está el camarín de la virgen. Allí, los cuatro evangelistas, con un claro toque naif propio del arte popular, nos miran desde la bóveda rodeados de querubines. La devoción de los murcianos, e incluso de los manchegos de los alrededores, no ha cesado desde que se consagrara la ermita a Nuestra Señora de la Rogativa, allá por el siglo XVI.
Ermita de la Rogativa, 30440 Moratalla, Murcia
968730208
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