Ermita de San Antonio

Betxí, Castelló/Castellón

Qué ver

Se pierde en las neblinas de la historia, los siglos que lleva vigilante una construcción humana en la muntanyeta de Sant Antoni, un cerro aislado que se alza solitario sobre la Comarca de la Plana Baixa, a unos tres kilómetros de Betxí.
Primero fue una torre de vigilancia medieval (se conservan restos en la parte trasera de la edificación) y tiene todo el sentido, puesto que desde este punto se obtiene una extraordinaria panorámica de toda la comarca a sus pies. Después se construiría la ermita, a lo largo del s. XVI. Una escalera en diversas gradas va corrigiendo las irregularidades del terreno hasta allanar la superficie sobre la que se alza el santuario, de piedra vista con mampostería sin lucir; esto le da un aspecto natural que calza en todo tiempo, con el enclave en que se halla. El único adorno de la fachada principal es una composición cerámica que muestra una pintura de San Antonio, rodeado por animales, y ribeteada con un marco en tonos azul oscuro. El tejado, de teja, es de dos aguas, y un frontón triangular levanta la campana, justo en el centro. Por uno de los laterales le recorren hasta cuatro columnas de piedra que sirven de contrafuertes; por el otro, se halla adosada la hospedería, de más baja altura y soportales con arcos, que hoy es un restaurante.
El 17 de enero se celebra la festividad de San Antonio Abad, patrón de Betxí, y el pueblo acude en romería hasta la muntanyeta, a disfrutar de las vistas y festejar con el santo protector. Su imagen se muestra en una hornacina, en el altar mayor de la ermita