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San Fructuoso se levantó entre los siglos XVII Y XVIII, sobre un primitivo templo. En el interior de la ermita actiual se muestran una serie de cuadros que pertenecieron al anterior monasterio de San Fructuoso. Sin duda, el elemento más singular de los que se conservan en esta ermita es el sarcófago. Esta joya funeraria, del s. IX, representa uno de los vestigios más reconocibles del período medieval en Cantabria. A nivel ornamental, sobresale la cruz tallada con los elementos vegetales característicos del norte de España, y una figura humana que hace referencia al propio San Fructuoso. La ermita es un templo pequeño y acogedor, donde es posible contemplar las maravillas que dejó arte prerrománico en éstas tierras.
Barrio Lamiña, 71, 39513 Lamiña, Cantabria
942709104
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