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Fuerte de La Galea

Getxo, Bizkaia/Vizcaya

Su cuerpo de gastada piedra, con tres ajetreados siglos a las espaldas, se extiende horizontalmente como un búnker del que sólo sobresale esa torre de vigilancia que asoma tímidamente en lo alto. Tan silenciosa, se diría un viejo periscopio que aún vigila la zona, listo para detectar cualquier amenaza. Sin embargo, la gente que hace jogging por esta tranquila zona verde de Getxo no parece preocupada en absoluto, ni por su presencia ni por ningún otro peligro. El Fuerte de La Galea hoy parece como una vieja reliquia pero fue un puesto vital para defender la ría de Bilbao y el tráfico marítimo por ella. Sabemos que es el último ejemplo que se conserva en Vizcaya de fortificación militar del XVIII. Sin embargo, para poner en valor esa herencia deberemos conocer los detalles; acercarnos a sus muros y mirarlos de cerca. Esas gruesas paredes, mitad mampostería, mitad sillería, están rodeados por un foso defensivo y aún cobijan 14 troneras para cañones, que en su día fueron 18. No en vano esta fortaleza, también llamada Castillo del Príncipe, completaba el eje para la defensa del Abra, junto a las baterías situadas en la otra orilla, en Ciérvana. En su construcción, en 1742, participaron los vecinos de la zona y sucesivamente fue tomado y semidestruido por los ingleses a lo largo del XIX. Durante un tiempo, cobijó incluso el primer faro vizcaíno. Así pues, lo que vemos hoy no es otra cosa que un viejo y orgulloso militar que disfruta de su merecido retiro como guardián.

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