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Iglesia de San Miguel de Linares

Artzentales, Bizkaia/Vizcaya

El entorno no engaña. Estamos en el País Vasco. Lo primero que nos lo indica es el frontón que hay frente a la iglesia. Lo segundo el paisaje que se extiende alrededor de la plaza de San Miguel y en cuyo centro se levanta un templo. Está compuesto de montes verdes, frondosos valles de los que casi se puede oler el frescor, y casas con tejados a dos aguas y aires de caserío. El templo del que hablábamos es el de San Miguel de Linares. Lo primero que llama la atención es su bonita portada románica que se conserva desde el siglo XIII. Pero el románico se acaba ahí porque diversas reformas y añadidos a lo largo de los siglos le acabaron por dar una factura más bien renacentista. Otro de los mayores atractivos desde el punto de vista arquitectónico son las dos capillas que se le añadieron en el siglo XVII. A la vista de la hermosa edificación, no queda más remedio que entrar para admirar también el interior de la iglesia, que promete. Y no defrauda. En el retablo del altar mayor, aunque sin llamar demasiado la atención, nos aguarda una pequeña joya de la imaginería. Es un grupo escultórico del siglo XVIII en madera policromada compuesto por la Virgen con el Niño Jesús haciendo entrega del Rosario a Santo Domingo de Guzmán y que por sus características se atribuye al maestro Luis Salvador Carmona. Rococó en medio del valle.

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