Iglesia parroquial de San Pedro

Boñar, León

Qué ver

Anochece en Boñar. Apenas hay vida en la Plaza del Negrillón. Entre la tranquilidad y el silencio existente, resplandece en lo alto la iglesia parroquial de San Pedro. Entre los árboles que la protegen, se iluminan sus vidrieras, como cada día de misa, formando un espectáculo de luz destacable. Construida en 1805 en honor a San Roque con la mítica piedra de Boñar, tiene tres naves y es uno de los elementos más representativos de la villa. Ni siquiera la Revolución Francesa pudo con ella y sus obras, impulsadas por el marqués de Astorga, concluyeron en 1819. La torre del campanario, escoltado por una figura de madera bautizada como El Maragato, es espectacular. Allí se encuentra un reloj histórico con cuatro siglos de antiguedad y cuyo mantenimiento corre a cargo del relojero de la Puerta del Sol de Madrid. Un reloj que cada hora provoca el repique de las campanas, como si tratara de llamar más la atención. En el interior del templo, atrae nuestra mirada sus bancos de madera, perfectamente barnizados, sus arcos y las diversas figuras existentes como el Cristo de la Urna o un nazareno. Ambos esperan impacientes la llegada de la Semana Santa para salir en procesión por las empedradas calles de Boñar. Entretanto, y ante la atenta y curiosa mirada de numerosos fieles, descansan plácidamente entre los muros de este bello templo cuya visita ni mucho menos decepciona.