Iglesia de Santa María La Real

Entrimo, Ourense/Orense

Qué ver

Camino a Lobios, la piedra crece, se ensancha y se magnifica. Una joya de cantería se alza indemne ante la furiosa mirada de la Naturaleza gallega, que no entiende cómo una simple iglesia puede superarla en belleza. Rodeada de parajes verdes de increíbles colores, la iglesia de Santa María La Real acapara todas las miradas. Y no es para menos, ha sido la niña mimada de obispos y sacerdotes. Ellos la obsequiaron en el siglo XVII con el nombre de abadía pero podría ostentar el título a catedral. Los poetas como Manuel Amor Meilán también se enamoraron de ella, llegaron a dedicarle versos inspirados en el barroco churrigueresco del que hace gala en la entrada, en esa fachada que casi parece un retablo. Es una de las poquísimas iglesias gallegas que presumen de este estilo entre sus muros, más habitual en Portugal que en España, lo que lleva a pensar que contó en su construcción con canteros lusitanos. Columnas salomónicas, techos altísimos rematados en bóvedas de crucería, balconada de piedra o el granito de los montes de Entrino en la bellísima fachada, convierten a esta iglesia en todo un universo dedicado a la realeza de la Virgen María. Para ello, asciende en la verticalidad de sus muros poderosos, demostrando la hegemonía de su patrona, demostrando que ni ella puede sucumbir a la belleza de sus piedras. Quizá sea por eso por lo que siempre se mantenga discreta entre la Naturaleza, donde solo puede ser admirada por aquel que se acerque expresamente a verla.