La Lonja en Alcañiz - Curiosidades y planes relacionados

Una gran plaza se abre al corazón de Alcañiz y destaca el rincón que forma el edificio del Ayuntamiento y el de la Lonja, uno a continuación de otro. Resuena el mismo latido que entonces, el de un mundo que pujaba con fuerza sobre otro que decaía: la era de las humanidades se abría paso sobre los dogmas religiosos. El latido del medievo cambiaba definitivamente de ritmo. Y perdura en este lucimiento humanista, pues esta gran plaza sigue siendo el corazón de la ciudad. La plaza nace en un momento importante, cuando el poder civil se separa del dominio eclesiástico; no es casualidad que este centro de la ciudad se construya a espaldas del castillo de los Calatravos.
La Lonja se aparta de la funcionalidad de otras edificaciones similares que se construyen en la España del s. XV, en lugares importantes como Barcelona, Valencia o Zaragoza, donde el protagonismo del edificio lo tiene el interior, dado su cometido de mostrar y vender los productos que se ofrecen. En la Lonja de Alcañiz, el protagonismo se lo lleva el exterior; vuelca todo su esplendor y riqueza ornamental a la vía urbana, al modo de las loggias del cuatrocento italiano. Prioriza la función representativa sobre la utilidad del edificio en sí, y al estar junto al Ayuntamiento, sugiere el valor simbólico del poder político. Ambos son muestras ejemplares de la arquitectura civil gótica en la localidad.
En la fachada principal lucen tres grandes arcos apuntados, sostenidos por fuertes pilares que se adornan con finas columnas cilíndricas que enmarcan al porche interior, amplio y de gran cabida. El edificio muestra importantes ampliaciones y modificaciones desde su construcción inicial, como el añadido de la galería superior, una sucesión de pequeños arcos que imita a la que luce el Ayuntamiento. Del XVIII es el gran alero decorado y el relieve que representa la Santísima Trinidad. Un reloj de sol marca las horas en la parte posterior del grabado. Resguardada bajo los soportales de la Lonja, se siente y se contempla el latido vital de la ciudad. Entonces y ahora.