La Muralla de Coria

Coria, Cáceres

Qué ver

Si sobrevoláramos el perímetro de la muralla de Coria comprobaríamos que es casi circular y se adapta como un guante a los desniveles del terreno. A intervalos desiguales, se levantan más de 20 torres cuadradas y macizas, adosadas a este 'cercado' de piedra tan bien conservado, a pesar de los siglos que han pasado desde que se construyera (se cree que pudo ser entre el s. III y V del bajo Imperio Romano), cuando su misión era proteger a la entonces Caurium romana.

A lo largo de años y siglos se fue reforzando y transformando. La muralla quería seguir conteniendo a la ciudad que se expande. Dos torres jalonan el arco de cada una de las cuatro puertas de entrada al recinto. Dos de ellas, la de la Guía y la de San Pedro, conservan el antiguo trazado romano. Las otras dos, la de San Francisco y la del Sol, son posteriores, de la etapa medieval. Cada una de ellas nos dará una agradable sorpresa. Si entramos por la puerta de la Guía veremos la catedral de Nuestra Señora de la Asunción; por la Puerta de San Francisco, en la plaza del Rollo, encontramos el castillo de Coria o del duque de Alba; la puerta de San Pedro da acceso a la plaza del mismo nombre, cerca del edificio que alberga el ayuntamiento. La última de las puertas, la del Sol se conoce como Arco del Socorro y nos 'presenta' la casa palaciega de Trespalacios. Las cuatro puertas abrían y cerraban al interior de la ciudad, fortificada y necesariamente protegida en épocas de imperios, conquistas y reconquistas. En la actualidad, abiertas para siempre (y alguna ya nombrada como arco, ni siquiera como puerta), reciben a todo caminante que quiera atravesarlas.