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Algo flotaba en la atmósfera del Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián. La mezcla de ilusión, reencuentro y –por fin– reconocimiento del esfuerzo sobrehumano, empujaba a cada uno de los cocineros que han subido a por su Sol. Y también algunas lagrimitas. Desde abajo animaban aplausos que reventaban las manos, porque había necesidad de reconocerse, quererse, premiarse en unas circunstancias tan especiales. Esta noche, nuestras cocineras y cocineros han visto premiadas sus hazañas, su resistencia durante todos estos meses. Han recordado y demostrado por qué somos la mejor cocina del mundo.
Cuando a las cinco de la tarde empezaron a llegar los cocineros al Teatro Victoria Eugenia, ya se intuía una ceremonia bien diferente. Emergía la misma ilusión de las últimas dos entregas de Soles, sin embargo, esta vez venía potenciada por los difíciles tiempos que hemos vivido. Miradas cómplices que ocultaban enormes sonrisas tras las mascarillas; codazos que sustituían a los añorados abrazos; y muchas felicitaciones se esparcían entre las pocas butacas que fueron ocupadas para esta entrega de premios tan especial. Y es que, pese a haber tenido que reducir el aforo del teatro a un 25 % debido a las medidas de seguridad, las muestras de cariño fueron más grandes que nunca.
Pacientemente, los elegidos de la gastronomía española iban pasando al teatro, de uno en uno, como establecían los protocolos de seguridad sanitarias elaborados por la Consejería de Turismo de Euskadi y que marcaban el inicio de la fiesta. Cada detalle de seguridad anticovid se ha respetado y seguido a rajatabla con la participación de todos. Porque si los restaurantes han demostrado ser lugares seguros en los que seguir disfrutando del placer de sentarse a una buena mesa, la Guía y Basque Tour querían unirse a esa nueva normalidad que se ha instalado en las salas y las cocinas para continuar abiertos.
Sin embargo, ni la demora que suponía cumplir con los protocolos impidió el paseíllo obligado por la alfombra roja, que se convirtió en un ir y venir de sonrisas ocultas y ojos brillantes en medio de la luz de la tarde, porque este año la entrega huyó de la noche para adelantarse al toque de queda y se celebró a las 18 horas.
La entrega, conducida un año más por el dúo de presentadores, Ander González y Gabriella Uriarte, del programa de cocina A Bocados de la ETB, arrancaba destacando el lema que eligió Guía Repsol para recordar esa lucha constante a la que se han enfrentado los fogones del país: "Nuestra cocina no se apaga". Por esta razón, la directora de Guía Repsol, María Ritter, demostró su apoyo y su agradecimiento durante su intervención con palabras que encendieron el entusiasmo de los cocineros que estallaron en aplausos en varias ocasiones.
"Mientras el mundo se paraba, la gastronomía en lugar de echar el freno, pisó el acelerador. Hubo que bajar las persianas pero en los fogones se siguió cocinando, adaptando el modelo de negocio a una nueva realidad, incierta y variable", subrayó Ritter. Además, recalcó que si "una de las escasas alegrías que hemos tenido, durante este tiempo de pandemia, ha sido comer y beber" y los encargados de hacernos felices fueron precisamente los cocineros. Fue esta noche cuando llegó, al fin, el momento de reconocérselo.
El consejero vasco de Turismo, Comercio y Consumo, Javier Hurtado, también tuvo en su discurso, con el que arrancó la ceremonia, elogios al coraje y la valentía que ha demostrado el sector, tan sumamente importante para el turismo del País Vasco.
Frente a las intensidades que traía inevitablemente la noche, una buena dosis de humor se hacía necesaria. El humorista Carlos Latre traía hasta el escenario con sus imitaciones a reconocidas personalidades como Matías Prats o Boris Izaguirre. Fue precisamente con la parodia del presentador venezolano con la que Latre se atrevió a lanzar bromas personalizadas a muchos de los Soles veteranos, provocando las risas y los aplausos de unos entusiastas asistentes. Latre se atrevió con todo y con todos y cerró su actuación cantando.
La emoción contenida tras los esfuerzos titánicos de los últimos meses se desbordó cuando llegó el momento más esperado de la noche, la entrega de los premios. Los Tres Soles Guía Repsol veteranos rindieron un importante homenaje a los compañeros subiéndose al escenario y entregando personalmente los nuevos galardones. Un detalle que desató de nuevo los aplausos de un público más entregado que nunca a las demostraciones de aliento y afecto.
El colofón final llegaba con la entrega de los nuevos 3 Soles Guía Repsol, que este año han recaído en 'Alkimia'de Jordi Vilà (Barcelona), 'Elkano' de Aitor Arregi (Getaria, Gipuzkoa) y 'Miramar' de Paco Pérez (Llançá, Girona). Guía Repsol ha distinguido este 2021 a un total de 96 restaurantes: 3 con Tres Soles, 11 con 2 Soles y 82 restaurantes se estrenan con Un Sol.
Como bonus track de esta emotiva noche, por primera vez se entregaba el Sol Sostenible de Guía Repsol otorgado en colaboración con Alimentos de España. El director de la Industria Alimentaria, José Miguel Herrero, y el consejero de turismo subieron a entregarle a Eneko Atxa este Sol que se suma a los nuevos aires sostenibles que se extienden por las cocinas. Eneko no hizo mucho hincapié en la ingente labor que realiza en su restaurante 'Azurmendi' respetando el medio ambiente, sino más bien en lo que podría suponer esta forma de actuar a la larga. "Quiero ser sostenible para que haya más días como el de hoy, para tomarnos unas cañas, abrazarnos… para que tengamos todos un futuro. ¡Cocinemos juntos ese futuro mejor!".
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/09_Krudo.jpg.transform/rp-rendition-lg/image.jpg "La barra fresca, ácida y picante de Bérgamo y Correa")
