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Bécquer, Galdós o Ava Gardner vivieron en el centro de Madrid algunos de sus amores y desamores más arrebatados; en la actualidad quien quiera puede viajar a sus épocas y escuchar sus historias a través de los guías de Histoaventura. El Museo del Romanticismo, la librería ‘Pérez Galdós’, la Diana Cazadora de Gran Vía... Conocer otra cara de los escenarios que habéis transitado decenas de veces puede ser un buen plan en pareja, y a poner la guinda, a ‘La Duquesita’ (Fernando VI, 2). Panettone edición especial San Valentín o nubes y pastas de té de almendra, nuez, vainilla y chocolate con forma de corazón salen estos días de su obrador.
Ana Isabel Cardo, agente de Desarrollo Rural y Cultural, cree que el Nacimiento del Río Cuervo es “uno de los monumentos de río más conocidos del interior de la península”, y tiene razón. El paraje regala algo en cada estación: los colores increíbles en otoño, la fuerza al romper la cascada en primavera, o esa mezcla de escarcha, carámbanos y musgo del invierno. Si se trata de vuestra primera vez o si os habéis convertido en habituales de la zona, merece la pena realizar esta asequible ruta en estas fechas. De premio por el esfuerzo, se puede comer en ‘Asador el Perula’ (Virgen del Socorro, 34. El Tobar, Beteta.), a media hora en coche: diferentes tipos de carne a la brasa de la leña de roble.
El Nobel portugués José Saramago vivió en Lanzarote los últimos años de su vida y su viuda, Pilar del Río, cuida con mimo de su legado, y de la casa que compartieron juntos. Si formáis parte de la legión de amantes que tiene su obra, visitar el municipio de Tías será un regalo de los que se aguantan en la memoria: el detalle de los relojes parados a la hora en la que José y Pilar se conocieron probablemente revolotee en vuestra cabeza durante un tiempo. Para terminar de digerir la literatura y el romanticismo se puede ir a picar algo a ‘Alma tapas & +’ (Avenida del Marinero, 26. La Santa.), donde Lusila y Sebastián estarán a la altura.
El menú de 'Doña Taberna' (Avenida Juan XXIII, 13), variado y bien hecho, es una buena antesala de este plan de cuento. Esta jornada implica caballos y castillos, para ponerse romántico a la manera medieval. La empresa de Ainhoa Quintero ofrece rutas a caballo alrededor de la impresionante fortaleza de Loarre, para algunos la mejor conservada de Europa. Durante una hora y media y siguiendo las indicaciones, se puede viajar al trote y con seguridad, directos al siglo XI. Después, la visita al interior del castillo será obligatoria para las parejas más curiosas.
Un beso en el Puente Romano, abrazarse frente a la Torre de Calahorra, contemplar el Monumento de las Manos, o hacerse un selfie en la calleja de las Flores. Córdoba cuenta con varios rincones en los que ponerse cursi sin sentir vergüenza y las parejas hacen bien en aprovecharlos. Para culminar un día idílico ya con los 10.000 pasos diarios cumplidos, una de los planes que más puede apetecer es cenar en 'La Regadera' (Ronda de Isasa, 10). Pez mantequilla con teriyaki, revuelto de algas y ortiguillas o albóndigas de cordero lechal. Y de postre, quizá para compartir, su postre de limón.
Coirós y Betanzos forman parte del rural gallego y están a media hora de la ciudad de A Coruña. Esto nos permite, respirar hondo y dejar perder la vista durante el día y degustar una cena más urbanita por la noche. Por el día os calzareis las botas y seguiréis el curso del Mandeo, entre robles centenarios y ermitas románicas y por la noche, tras una ducha caliente, tocará sentarse cómodamente y abrir la carta. Jugosa de picaña de vaca, arroz al horno de pato salvaje o ensalada de lechuga viva con queso de cabra artesano, tomates secos, piñones tostados y vinagreta; no sabréis qué elegir.
Una masía del siglo XVI alberga el alojamiento que Jordi y Mireia abrieron hace más de una década. En un pequeño pueblo medieval de Girona, 'Encís d'Empordá' tiene privacidad, chimenea, bañera, y una decoración tan cuidada que montaros vuestra propia película será lo natural. Una noche en el dúplex individual que se ubica en la torre de vigilancia con vista al macizco del Montgrí probablemente sorprenda incluso al menos romántico. Para poner la nota culinaria, os podéis acercar a 'La Vil.la de Corçá' (Avinguda Costa Brava, 33. Corçá), a probar una verdadera cocina tradicional catalana.
La subida a la Laguna Negra en invierno es agradable incluso desde antes de empezar el camino. En el edificio ubicado a la derecha del aparcamiento, las mesas se distribuyen alrededor de la chimenea que caldea toda la estancia. Allí, los senderistas beben café o cerveza antes o después de ascender por las pasarelas de madera. Al final de ellas está la estampa icónica de la provincia y, si hay suerte, podéis verla helada. Después de contemplarla con calma, toca dar media vuelta aunque para los más expertos, aún queda camino hasta Picos de Urbión. En cualquier caso, la cena de vuelta a la ciudad ha de ser reconfortante y sabrosa, un buen lugar es 'El Kiosco' (Alameda de Cervantes, s/n. Soria.), donde pedir canelón de merluza y carabineros, tacos de costilla ibérica o pulpo al horno.
Escaparse a la ciudad de los amantes más famosos -al menos en España- en San Valentín tiene todo el sentido del mundo. Leyenda o realidad, la historia de Isabel Segura y Juan Diego de Marcilla se sigue contando 800 años después y contar el número de veces que aparecen a lo largo de la ciudad puede ser divertido. El Mauselo de los Amantes de Teurel, la Escalinata del Óvalo, o la iglesia de San Pedro son algunos de los puntos clave de vuestra visita, aunque también hay que prestar atención a las demás muestras de arte mudéjar que salpican la ciudad. Antes o después de tanta tragedia y tanto amor, recomendamos dar un paseo por Mora de Rubielos y comer en 'El Rinconcico' (Barrio Santa Lucía, 4): allí son especialistas en trufa y lechazo.
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