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Los Soletes se asoman a una de las bahías más bellas del mundo. La alegría y un ambiente festivo reinaban en ‘La Caseta de Bombas’ durante la entrega presencial de la distinción más joven de Guía Repsol. “¡Qué gusto poder estar aquí en mi ciudad para presentar los Soletes!”, ha festejado el célebre Quico Taronjí nada más iniciar el acto. Como embajador de los Soletes, el chef Jesús Sánchez de 'El Cenador de Amos' (3 Soles Guía Repsol), que departía con los dueños de esos lugares que se han hecho un hueco en el panorama gastronómico por su cocina, el respeto a las raíces y su cercanía. “Es un placer poner cara a los más de 70 Soletes que hay en Cantabria”, les saludaba desde el escenario la directora de Guía Repsol, María Ritter.
El Cantábrico, con la playa del Puntal y el verde entorno de Somo y Pedreña al otro lado de la bahía se adivinaban por los grandes ventanales del restaurante al caer la tarde. Mientras, los galardonados iban llegando a la sala, diáfana para la ocasión: los enormes globos amarillos les marcaban el camino. Javier Fernández de ‘La Malinche’ se mostraban ilusionado ante el reconocimiento: “Estamos supercontentos, somos un restaurante pequeño que intentamos hacer las cosas bien y cuando te lo recompensan es muy gratificante”, confesaba a Guía Repsol. Las felicitaciones y agradecimientos eran constantes entre los dueños de unos negocios que, aunque lo merecen, no suelen aparecer en las guías gastronómicas.
Además de las imponentes vistas a la bahía y a la ciudad del local anfitrión, las fotos antiguas del puerto colgadas en las paredes y los guiños a su pasado industrial y marinero conformaban el escenario perfecto para una fiesta donde la la ciudad de Santander era protagonista. "Este otoño especialmente hemos salido a la calle con tantas ganas que parece que las grandes ciudades están de fiesta permanente", ha afirmado María Ritter, en alusión a esta edición de Soletes centrada en los núcleos de las grandes urbes.
“El esfuerzo al final vale la pena”, reflexionaba Ramón Cruz de ‘Mesón Gele’ antes de iniciarse la entrega. Esa fue la atmósfera que se respiró durante todo un evento, que a ratos parecía más una reunión de viejos amigos. Las personas detrás de nombres cántabros tan icónicos como ‘Asador El Tronky’ o ‘Heladerías Regma’ no faltaron a una cita en la que coincidieron con los impulsores de aperturas más recientes, como los restaurantes ‘Cadelo’ o ‘Ruda’. Brenda y Magdalena Sánchez, las dos hermanas al frente de 'Wabi Sabi Café & Craft' recordaban lo que sintieron cuando se enteraron de su Solete: "Fue una sorpresa, fue un chute de energía, incluso abrumador. A veces estás tan metida en tu día a día que sorprende que alguien de fuera se fije en ti", explicaban.
Los dueños de 'Casa Cayo' y 'Casa Lamadrid' conversaban con confianza antes de que todos los soleteados se asomaran a la bahía para hacerse la foto de famila: "Esto nos ilumina a todos, debería ser algo obligatorio", sonreía el primero. Caminando por la pasarela sobre el dique de Daganzo, todo eran risas y palmadas en la espalda. Miguel López, maître de la 'La Caseta de Bombas', saludaba a Emilio Gutiérrez de 'La Malinche'. "Esto, además, es una ocasión para encontrarnos todos", comentaba Esther Olaizola de 'Bodegas Miradoiro'.
La consejera de Cultura, Turismo y Deporte de Cantabria, Eva Guillermina Fernández ha felicitado a Guía Repsol: "los Soletes se han convertido en una referencia, es una gran iniciativa", ha dicho. También ha tenido unas palabras a los galardonados: "La gastronomía en este territorio, es un oficio, es un arte y es una tradición". La familia que lleva generaciones preparando el mejor cocido lebaniego de su zona, la taberna marinera que siempre tiene el pescado del Cantábrico a punto y los dueños de esa terraza increíble en el corazón de los Picos de Europa. Todos se dieron por aludidos con razón también con el discurso de Quico Taronjí incluso antes de ser nombrados para que subieran a recoger su galardón
“La felicidad que procura entrar en un bar del que ya te sientes parte, o descubrir nuevos lugares para hacerlos tuyos, no tiene precio, pero sí nombres y apellidos”, aseguraba el presentador televisivo. Así, después de la foto de familia y las presentaciones, llegó el momento de las sonrisas y los aplausos fuertes, de algún que otro vítore entre colegas de profesión.
Uno a uno, los dueños de los establecimientos cántabros con Solete fueron subiendo al escenario para recibir su galardón de manos de María Ritter. Como en la anterior entrega Soletes en verano de 2022, el diseñador Luis Úrculo firmaba el plato conmemorativo que pronto lucirá en cada uno de esos locales que ya cuentan con la pegatina amarilla en su puerta.
Una vez que tuvieron el premio en su poder, llegaron los brindis de vinos de la tierra y cerveza La Bonita. Anchoa con pan de Orzales a la brasa con mantequilla pasiega, arroz marinero con taquitos de calamar o patata de Valderredible con quesos fundidos fueron algunos de los pinchos que el equipo de ‘La Caseta de Bombas’, anfitrión y uno de los nuevos Soletes Guía Repsol, preparó para sus invitados. Igual que en las cocinas de los homenajeados, las historia, el producto y el cariño se percibieron en cada bocado.
Ya era de noche en Santander y con ella llegó la lluvia, pero la luz y la música junto al dique de Gamazo tardó un poco en apagarse. El gusto a la tarta de queso pasiego y del helado de nivel de Novales, el tintineo de las últimas copas, y el murmullo de compañeros poniendose día al final de la velada fueron el reflejo perfecto de lo que puede siginficar un Solete de ciudad: sabor, diversión y refugio.
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