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Ahora que los mercados se han convertido en lugares donde descubrir talento joven e inquieto, Guía Repsol ha elegido el de Vallehermoso (Madrid) para presentar esta nueva calificación que se estrena en verano con 1.000 Soletes. Cuántas veces has ido a un lugar y has pensado "¿verdad que este sitio tiene un 'no sé qué'?". Pues eso es un Solete. Locales en los que nada más entrar piensas 'habría que darle un premio'.
"Es una oportunidad para poner en valor esos lugares emblemáticos que todos tenemos en nuestros barrios y pueblos, pero que a menudo no aparecen en las guías gastronómicas y de viaje. Además de esta conexión con lo tradicional, este proyecto nace con el espíritu de dar luz a las aperturas de lugares especiales a lo largo y ancho del país", explica María Ritter, directora de Guía Repsol.
En este mercado tan castizo, con un mix perfecto entre modernidad y puestos de toda la vida, hay tres Soletes que ejemplifican muy bien de qué va esta calificación tan informal y molona, que un equipo de expertos en gastronomía ha seleccionado por toda España. Tenemos un Solete para cada momento del día, en los que su principal pretensión es ser fieles a eso que los hace especiales.
Así, 'El 2 de Vallehermoso', 'Miga Cana' y 'Batch' han hecho los honores, mostrando esa cocina tan estimulante y variada que se despliega en los mercados. Los tres han pegado con ilusión los distintivos de Solete, diseñadas por Luis Úrculo, en sus puestos. Quedando oficialmente inaugurada la calificación después de tantos meses de selección por un equipo de 50 expertos repartidos por toda España.
'Miga Cana', la barra de los hermanos Fran ('El Sainete') y Miguel Vicente, ha preparado sus crujientes y cremosas croquetas de jamón ibérico y una ensaladilla rusa en la que los ingredientes están in love, acompañado de un vermú con crema de naranja y canela.
Después ha llegado el turno de 'Batch', donde los alegres fermentados de Nacho García, dan el punto a la cocina de Daniel Vare, que junto con una interesante bodeguita de vinos naturales de distintos lugares del mundo, convierten su barra en un imprescindible.
Para abrir boca, primero sirve el txangurro, un bocado hecho con una capa de alga nori y dos de tortilla de arroz vietnamita, reposado sobre una hoja de shiso, una cucharada de txangurro y chucrut de lombarda. Le sigue el jurel pasado por soplete con aceite de humo y marinado con rabanitos, base de kimchi, mostaza fermentada, alcaparras y hojas de estragón fritos. Para beber, 'La resistencia activa contra el marqués' de Microbio Wines (Nieva, Segovia) y 'De Sol a Sol', tinto Velasco (Quero, Toledo).
Con el 'El 2 de Vallehermoso' termina el recorrido. Javier Lafuente y Javier García tienen legión de admiradores desde que, tras comandar cocinas de alta gastronomía, se instalaron aquí hace poco más de un año. No son los únicos que abrazan la tendencia de emplear los ingredientes justos y necesarios, pero sí de los pocos que logran un equilibrio tan complicado de alcanzar.
Sus dos bocados son bonito y melocotón. El bonito se confita en aove a 36 ºC con pimenta blanca y negra. Se sirve frío con miga de pan templada de masa madre muy aireada, empapada en caldo dashi con kombu y katsuobushi, puerros y mantequilla, más la acidez de dos vinagres. Después, el melocotón, cocido en almíbar con polvo de aceituna negra, mezclada con harina negra tostada y queso de leche de vaca cántabro –muy cremoso–, que le da un punto de acidez muy interesanrte.
Tres propuestas de Solete, que han triunfado entre los asistentes. Cuando se piensa en el concepto de Solete lo que suele venir a la cabeza es un bar o una casa de comidas, pero se ha hecho el esfuerzo de ampliar el abanico a locales diferentes: cafeterías, heladerías, sitios de comida rápida honesta (fast good), barras de mercado, terrazas con vistas, vinotecas, sidrerías...
Los Soletes tienen una clara vocación popular, para que siempre encuentres una opción que sea apta para cualquier bolsillo. Es una recopilación pensada para que tanto los autóctonos como los viajeros descubran dónde se come rico a un precio asequible.