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Nervión es un barrio sin grandes reclamos monumentales, pero con un ambiente único que hace que, a todas horas, las calles bullan de vida. Y de la misma manera que lo hace en sus anchas avenidas o en sus comercios locales, también fluye en sus restaurantes y bares, como se intuye desde que se traspasan las puertas de ‘DepiKofino’. Tras los fogones, Daniel Reche, que, inspirado en la cocina de su madre, apuesta por aunar en el plato lo tradicional y lo creativo. Su salmorejo de mandarina, su risotto de carrillá o sus alitas bravas no dejan indiferente a nadie.
Tampoco lo hace la atractiva oferta de ‘La Tizná’, una casa de comidas sostenible y asador honesto donde se apuesta por el producto orgánico y de temporada, tanto en sus recetas como en la copa. Jose Antonio Barragán es el sumiller y ofrece una cuidada selección de vinos andaluces y naturales procedentes de bodegas familiares. En ‘Lima Street Food’ el chef Daniel Cárdenas se encarga de ofrecer el mejor ceviche de toda la ciudad en un restaurante de ambiente desenfadado especializado en la gastronomía callejera de la cocina peruana. Mientras, para disfrutar de mariscos y de un pescaíto frito único, la apuesta está en ‘Mara’, donde María Luisa y Luis Maravilla llevan nada menos que 50 años contentando a los hispalenses desde su freiduría.
Solo a unos pasos, junto al estadio del Sevilla F.C., ‘Casa Paco-El Buen Comer’ deleita a propios y extraños con su animado ambiente y su carta repleta de tapas y platos: sus taquitos de bacalao y su merluza gratinada con salsa holandesa están para mojar pan. Para los amantes del vino, Nervión también tiene opciones: las catas maridadas que organiza Andrés Salla en ‘Flor de Sal’, con referencias españolas como protagonistas, son incomparables y aptas para todos los públicos.
Popular, castizo y repleto de solera, el barrio de la Macarena rebosa de tradición a cada paso. Y gran parte de culpa la tienen restaurantes como ‘Yebra’ que, con una historia que arrancó en 1959 y que continúa hoy de la mano de Manuel Yebra, tras la barra, y Javier Yebra, a los fogones, es cita incuestionable. Tapas y platos que fusionan lo de toda la vida con técnicas culinarias más actuales, dando como resultado recetas como el ajoblanco con boletus, el pargo con verduras o el pastel de patata. También hay que probar la tarta Tatin de tomate, los rollitos vietnamitas y, por qué no, el costillar con puré de patata de ‘La Barra del 3’, bar de tapas auténtico donde los haya en el que la carta se encuentra en constante evolución.
Bañado por el Guadalquivir, el barrio más auténtico de Sevilla, cuna de toreros, artistas y marineros, concentra también en su gastronomía la esencia de su carácter. Y para comprobarlo, nada como acercarse a ‘Los Cuevas’, donde los productos de su propia huerta son los que marcan la diferencia. Animarse con sus chacinas para abrir boca y continuar con sus albóndigas o sus tradicionales espinacas con garbanzos, es un buen plan. Tampoco hay que olvidar sus buñuelos de bacalao -receta de la madre de Joaquín y José Manuel León, los propietarios-, sus berenjenas fritas o sus guisos de cuchara.
Solo a unos pasos, el ‘Bar Juan Carlos’ cuenta con exquisitas chacinas y una selección de más de 100 quesos procedentes de todos los rincones del mundo. Olavidia, Cabrales, cheddar mexicano… y para maridar, buenas cervezas de importación. La sevillanísima calle Castilla es el hogar de la ‘Taberna Sol y Sombra’, donde se respira ambiente taurino a raudales. En su barra, de lo más castiza, y al aroma de los jamones que cuelgan de su techo, hay que probar las recetas más tradicionales como su pisto de la casa o sus garbanzos con bacalao.
El contrapunto, con platos más revolucionarios y modernos, lo ofrecen en ‘Trianilla’, a solo cinco minutos. Aquí no hay que olvidar probar delicias como el pulpo al kimchi, la lasaña de costilla o el tataki de atún de almadraba; todo en un ambiente relajado, sencillo y acogedor. El templo a lo goloso llega a Triana de la mano de 'Manu Jara',que desde su dulcería en la calle Pureza conquista con espectacular bollería, pasteles y tartas.
Apartado del centro histórico de Sevilla, en uno de los barrios obreros del norte de la ciudad, se encuentra ‘Bambú’, donde el café de especialidad es el rey. Sus propietarios, baristas ambos, fueron campeones de Andalucía de este arte en 2017 y ofrecen grano de máxima calidad procedente de países como Kenia, Honduras o Etiopía. Cuentan también con pasteles, pero son sus desayunos salados los que no hay que dejar de catar.
Los amantes y puristas de la cerveza están de suerte: en este tradicional barrio hispalense, de callejuelas estrechas y esencia pueblerina, hay espacio también para un polígono industrial. Una de sus naves alberga la fábrica de cerveza artesanal independiente más grande de Andalucía: ‘Río Azul’. Para probar sus múltiples cervezas hay que elegir entre su terraza o su salón interior, donde, además de sus propias creaciones, ofrecen una cocina inspirada en los sabores mediterráneos: los nachos con huevo y chistorra, el hummus de calabacín o las croquetas de rabo de toro son solo parte de su carta.
Este barrio residencial situado en una de las entradas a Sevilla es famoso por su ambiente relajado y familiar, pero también por la hamburguesería que ha revolucionado la ciudad: ‘Burger Food Porn’ apuesta por darle una vuelta a las recetas de siempre y arriesga con propuestas tan fascinantes como aquellas que incluyen espuma de paté La Piara, crema de galletas o peta-zetas. Para chuparse, literalmente, los dedos.