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Según la Dirección general de Tráfico, en condiciones normales recibimos el 90% de la información del tráfico a través del sentido de la vista, por la sensación luminosa, agudeza visual y la capacidad de reconocer los colores. Estos tres procesos quedan reducidos por la noche, cuando la vista y el cerebro, están sometidos a un mayor esfuerzo que durante el día para actuar con eficiencia ante cualquier situación. Además, existe el riesgo de no ver objetos en la calzada, ocultos por la oscuridad.
Conducir de noche tiene sus ventajas: las carreteras están más despejadas, y puede conducirse más relajadamente. Para ello es fundamental, encontrarse descansado y en buen estado físico. Si tenemos prevista una ruta nocturna, debemos tener bien previstas las paradas que vayamos a hacer, y es mejor que conozcamos el itinerario a seguir y sepamos dónde se encuentran las gasolineras, áreas de descanso, estado de las carreteras y la previsión meteorológica.
Para hacer un desplazamiento o viaje sin sobresaltos es muy útil seguir una serie de consejos que te ayudarán a una conducción segura y correcta:
1. No conducir a una velocidad elevada. Por mucho que las carreteras se encuentran con una baja afluencia de vehículos e inviten a pisar el acelerador, recuerda que tienes que ser capaz de parar totalmente el coche dentro del campo de iluminación de los faros ante cualquier imprevisto, por tu seguridad. En carretera, la velocidad máxima recomendada es de 90 km/h, o un 20% menos respecto a la velocidad permitida de la vía.
2. Mantén la distancia de seguridad adecuada con los vehículos que te preceden. En ningún caso esta distancia de seguridad puede ser menor a tres segundos.
3. Aumenta la vigilancia tanto lateral como frontal y mira continuamente los espejos retrovisores. Te servirá detectar la aproximación de otros vehículos, sin sobresaltos, y actuar rápido y eficazmente. Es por ello tan importante llevar los faros bien reglados y limpios.
4. Haz paradas para descansar. Para aproximadamente cada hora y media para descansar y despejarte, además de comprobar siempre la limpieza de los cristales (por dentro y por fuera) y los faros, para ver correctamente, evitar deslumbramientos y así conducir más relajado y con menos esfuerzo.
5. Vigila y corrige la altura de los faros de tu vehículo de forma que tu campo de visión sea el correcto. Lleva las luces de cruce encendidas entre la puesta y salida del sol. Y si las condiciones de la vía y la circulación lo permiten, enciende las luces de largo alcance o “largas” si la visión es muy reducida.
6. Reduce la intensidad de la luz en el interior del coche, tanto en el habitáculo como en el salpicadero. Cuanta menos luz tengas en el interior del coche mejor podrás ver lo que hay en el exterior.
7. Procura llevar el coche bien aireado y escuchar música o la radio, para evitar la somnolencia y/o la fatiga.
8. Ten en cuenta que si llueve, el barro y el polvo salpicado se acumulan rápidamente en los faros e intermitentes del vehículo, reduciendo hasta un 50% su visibilidad. En este caso, hay que procurar limpiarlos en cada parada.
9. Si el coche que viene de frente nos deslumbra aminora velocidad, quédate cerca de la línea derecha de tu carril y gira la cabeza hacia la derecha para conseguir la mejor visión en el menor tiempo posible.
10. No te guíes siempre por las luces de otros coches para seguir el trazado de la carretera. Si hay mucha distancia con el vehículo que te precede, en muchas carreteras secundarias lo que parece recto no lo es. Entre las dos rectas perfectamente alineadas, puede haber varias curvas o un desnivel.