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Aquí arrancan, en uno de los enclaves con más historia de la ciudad, las fiestas de San Isidro. En esta plaza, en pleno barrio de los Austrias, encontramos la Casa de la Villa, edificio que fue sede del ayuntamiento de Madrid desde finales del siglo XVII hasta el año 2007. Aunque ya no cumple las funciones de casa consistorial, es desde su balcón donde cada año se ofrece el pregón de inicio de fiestas que, salvo excepciones, se realiza siempre el día 14.
Este parque, en el barrio de Carabanchel, es el centro neurálgico de la celebración ya que aquí se encuentra la ermita del santo a quien rinden honor las fiestas. Además de la tradicional romería y las largas colas para beber agua de la ermita, como manda la tradición, también encontramos un impresionante recinto ferial con casetas de restauración y atracciones de feria. Miles de madrileños se reúnen en este parque para hacer comidas campestres con familiares y amigos. Es uno de los lugares por donde desfinal más chulapos y chulapas.
El encanto que tiene esta plaza de por si, cobra mayor rigor durante las fiestas, cuando se convierte en escenario de zarzuelas. Pocas veces este género puede contar con un atrezo tan particular. La copla y la música regional también son cita habitual en este espacio que tiene siempre un gran éxito de público. La programación guarda también lugar para la música pop, de hecho, el cartel incluye siempre alguno de los grupos y solistas más destacados del momento.
En este enclave se concentra la parte de la programación más actualizada y ecléctica, lejos de los tradicionales chotis y zarzuelas. Entre las actuaciones más esperadas están las de los Premios Rock Villa de Madrid, un certamen con gran trayectoria. También se ofrecen conciertos de música internacional, desde folk americano hasta pop inglés. La organización deja un hueco para actividades diversas, desde teatro para niños hasta talleres de sostenibilidad.
Las noches de San Isidro toman el Parque del Buen Retiro para llenarlo de luces, sonido y color. Cada noche, durante el fin de semana de celebraciones, el estanque del parque es el escenario de un espectáculo piromusical. Los fuegos, sincronizados con la música y reflejados en el agua, son uno de los eventos más emotivos de las fiestas. Durante el día, también se celebran conciertos de bandas en el Quiosco de Música.
Si hay algo que haga especial esta fiesta es que con solo pasear por las calles del centro podemos ser partícipes de ella. Durante los días que dura la celebración, podemos encontrar todo tipo de espectáculos infantiles, entre los que destacan los títeres, que se apostan en plazas como la de Ópera, la de Agustín Lara o la de los Carros. En cualquier calle del centro además, podemos encontrarnos con pasacalles y cabezudos, que parten habitualmente de la Puerta del Sol.
No se puede entender una fiesta de San Isidro sin el cartel taurino de rigor. La Plaza Monumental de Las Ventas acoge durante todo un mes el que es considerado uno de los certámenes taurinos más prestigios del país. En el cartel destacan las máximas figuras del toreo nacional y hasta la plaza se acercan siempre personajes destacados de la política, la cultura y la alta sociedad madrileña.
Aunque son muchas las plazas que acogen actividades, ésta brilla sobre el resto por ser el escenario de la Feria de la Cacharrería, que se celebra desde hace más de 30 años. La cita sirve a la vez como lugar de exposición y compra venta de cerámica tradicional, producida por alfareros madrileños pero también por firmas invitadas de todo el país. En total, más de medio centenar de centros ceramistas exponiendo sus creaciones en una feria en la que también se puede ver, en directo, cómo se trabaja y modela el barro.
La gastronomía es una de las grandes protagonistas de la feria. Tanto en las casetas de la pradera de San Isidro como en cualquier pastelería de la ciudad, podemos probar las rosquillas tontas y listas, ambas se cocina con huevo pero a las segundas se les añade azúcar glas. El otro sabor ineludible es el de la casquería, que no falta en ninguna verbena madrileña. Además de probarla en los puestos callejeros, podemos aprovechar la oportunidad para visitar Viridiana, dos Soles Repsol, cuyo cocinero Abraham García, es experto en la materia.
Las fiestas de San Isidro están ligadas a la historia de Madrid y para conocerla, no hay nada mejor que visitar el Museo de San Isidro, donde podemos conocer los orígenes de la ciudad y su crecimiento hasta nuestros días. Además de la exposición permanente, se organizan conferencias y actividades relacionadas con la tradición popular madrileña. También merece la pena acercarse hasta el Museo Nacional del Prado, donde se encuentran los cuadros en los que Francisco de Goya representó, ya en el siglo XVIII, cómo vivía Madrid esta fiesta.