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Aunque una caricia o un alegre ‘buen chico’ pueden ser recompensas más que suficientes para un perro en pleno proceso de adiestramiento, no está de más obsequiarle con algún gustoso premio. Para ello, existen en el mercado múltiples propuestas que presumen de estar elaboradas con materias primas de origen natural y de calidad, sin colorantes, conservantes, aditivos cualquier otro subproducto del que no quedase claro su origen y procedencia. Un sinfín de galletas, órganos o animales desecados, palitos, salchichas… que le aportan una importante cantidad de proteína, fibra, minerales o vitaminas extras.
Si, en la alimentación, la suya de humano, sigue la máxima hipocrática de “que tu medicamento sea tu alimento y, tu alimento tu medicina”, no está de más trasladarlo a su mejor amigo porque, aunque estas golosinas de nueva generación suelen ser un pelín más caras, seguro que se ahorra mucho más en veterinario.
Si su perro es de los que les gusta roer todo aquello que encuentra a su paso, desde los zapatos hasta el rodapié, existe una nueva gama de artículos que les ayudará a su dentición (o a mantener la dentadura limpia), nutritivos y sin causar destrozos. Ahí está, por ejemplo, la ChewRoot, de Green&Wild, una raíz que los animales pueden mordisquear a placer cuando se aburran. Les limpia la dentadura y es rico en fibra, potasio, hierro, magnesio y sodio. Además, es muy duradera (por lo que es una buena inversión) y proceden de bosques ecosostenibles. Las astas de ciervo también son cepillos naturales de dientes y cuentan con múltiples minerales beneficiosos para su salud.
Una alternativa a los huesos de piel de cuero son los fabricados con el tejido subcutáneo de las ovejas y desecado al sol durante varios días, sin ningún producto químico de por medio. Aunque otro snack natural, saludable y vegano son los huesos elaborados con cereales y aditivos vegetales.
Aunque tradicionalmente se piensa que la carne es para los perros y el pescado para los gatos, de eso nada. El pescado y el marisco son beneficiosos para los canes. Las especies grasas como el salmón o la trucha son una importante fuente de ácidos grasos esenciales Omega 3 que, además, el perro no los crea naturalmente por lo que puede resultar perfecto un aporte extra para mantener su piel y sus articulaciones en perfecto estado. incluso, es la dieta perfecta para los perros obesos ya que son una fuente excelente de proteínas pero baja en grasa.
El pescado seco, concretamente el sprat (una especie de sardinilla con la carne más jugosa) desecado al sol, son unas pequeñas delicatesen caninas (aunque lo parezcan no son aptas para humanos), no tienen colorantes ni conservantes y, además, son ricas en Omega 3 y proteínas.
Les enloquece también las salchichas de carne de salmón de primerísima calidad tratada en salmuera. No tiene ningún aditivo o conservante y su textura es tan firme, que permite ser cortada en trozos pequeños por lo que es perfecta si el can está siendo educado o es un cachorro. Ahora que, si quiere darle a su perro una delicia propia del mejor chef, dada mejor que las exquisiteces elaboradas a base de calamar horneado que desprende un fuerte olor que los enloquece. Una sofisticación culinaria baja en grasa saturada y azúcares que les ayudará a mantener un pelo brillante y unas articulaciones flexibles.
Si hay un formato clásico que chifla al perro de todas las edades ese es el de la galleta. Desconfiando de las propuestas industriales que existen en las tiendas de animales convencionales, hay mucha gente que opta por hacerlas en casa pero, si no se es un manitas de la cocina, existen muchas opciones igual de sabrosas pero más saludables cocinadas con ingredientes naturales de lo más variopinto.
Las hay de hígado, con o sin cereales, con verduras, de carne de pollo o de ciervo, de pescado, con hierbas y especias, con aceite de oliva e, incluso, con yogur. Todas ellas sin ningún tipo de conservantes ni colorantes, lo que las convierte en un premio de lo más sano que deberemos guardar en un lugar seco para que no se malogren. Además, utilizan técnicas menos agresivas que les permite mantener todas sus beneficiosas propiedades como el horneado a fuego lento o el secado al aire y al sol.
Aunque los perros no deben de tomar tanta fruta como los humanos (sólo un 15 o un 20 por ciento de su dieta) por su alto contenido en azúcar, hay algunas que son beneficiosas para su salud como la manzana o la papaya. Existen algunas variedades que llevan frutos rojos, pera o plátano y que son tan artesanales, que incluso pueden ser catadas por humanos. Y, ya puestos, las hay con propiedades medicinales, como las que incluyen manzanilla, perfectas para los canes más activos ya que les ayuda a dormir. Por supuesto, hay clases especiales para perros con sobrepeso (a base de pollo y avena), y para los que sufren de mal aliento (con menta y perejil).
Los palitos son otra de las dimensiones posibles en este poblado universo de las golosinas animales. En muchos sitios (hasta en los chinos) se pueden encontrar bañados en colores rojo, amarillo o verde, pero, últimamente el catálogo está mutando en propuestas menos sospechosas y sí más beneficiosas. Hay barritas masticables (parecen una tira de chicle) de agradable aroma elaboradas con productos vegetales (trigo, maíz) con muy poca grasa, por lo que pueden darse sin problema a los chuchos obesos.
Si los productos orgánicos son habituales en su lista de la compra, no se le olvide los especiales para canes. En el mercado se encuentran chewsticks a base de carne de ternera, cereales y algas (espirulina), por lo que resultan perfectos para dar a los perros un aporte extra de energía y nutrientes. Aunque si lo que busca son proteínas puras y duras, nada mejor que los palitos procesados sólo con carne fresca. Los hay de ternera, de pollo, de pato, de cordero, de conejo, de venado… No dejarán ni una miga.
Existe un tipo de delicias que a los humanos dan repelús pero que, a los animales carnívoros, les resulta irresistibles. Orejas de conejo, de vaca o de cordero; morro de cerdo, rabo de cordero o de cerdo; patas de pato o de pollo; tráqueas de vaca o de pollo; tendones de res, pezuñas o morro de cerdo… estas partes que casi siempre se desechan en los mataderos son tratadas (desecadas más bien) con el mismo proceso con el que se hace el pienso, creando así unas golosinas dignas de restaurantes famosos en casquería como La Taquería o La Paloma.
A pesar de su aspecto, tienen todo a su favor: son chucherías totalmente naturales, no desprenden olor, son perfectas para los chuchos que tienen el estómago delicado porque son fáciles de digerir e, incluso, son aptas para aquellos que sufren de alguna alergia alimentaria. Son perfectos como aperitivo entre comidas o si queremos que estén entretenidos durante un buen rato.
Podrás encontrar estas exquisiteces en: