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Recorrer las calles de este céntrico barrio madrileño con nuestro perro es muy agradable porque todo son facilidades. El primero es hay que existen varios negocios centrados en ellos como por ejemplo, la tienda 'El jardín de Kika' (Pez, 12), el centro de peluquería canina 'Nicolás Herrero' (Marqués de santa Sana, 30 o la guardería 'El dog de Mayo' (Palma, 15), un local donde los canes están atendidos como en casa.
El segundo, hay muchos locales petfriendlies, por lo que no tenemos ningún problema a la hora de entrar con ellos si queremos tomarnos un café o comprarnos una camiseta. Y tercero, porque hay tantos canes por sus calles que para ellos es una forma perfecta de socializar. Eso sí, lo mejor es evitar fechas cuando la masificación turística puede ser muy elevada como el puente de diciembre o navidades, porque puede causarles estrés.
La normativa municipal madrileña dice que los perros han de ir atados con una correa cuando caminen por la calle (algo que tenemos que tener en cuenta si no queremos que nos multen), pero se permite liberar a las mascotas en determinadas áreas como los pipicanes, parques o plazas hasta las 10 h de la mañana y por la tarde desde las 19 (o las 20 h en verano) y no pueden entrar en las zonas infantiles o las de mayores. En Malasaña, una de las plazas más concurridas por perros es la del 2 de Mayo. En ella, además de poder contemplar la escultura de mármol de Antonio Solá Llansas que representa a Daoíz y Velarde, sentarse en una de las terrazas que bordean la plaza puede ser un buen plan para una mañana de domingo.
Otras plazas del barrio son la de San Ildefonso, cuyo espacio ha quedado muy reducido por la instalación de dos mastodónticas terrazas pero que es curiosa visitar en fin de semana ya que se instala un mercadillo de artesanos y antigüedades. En esta plaza se encuentra la Iglesia de San Ildefonso, que data de 1619 (aunque fue reconstruida en 1827) cuyo interior es muy interesante de ver y su campanero, suele deleitar a los vecinos con sus repiques. Y la otra plaza en ciernes es la de Juan Pujol, que es un poco incómoda para pasear o moverse con perro ya que está llena de terrazas atestadas de turistas y motocicletas aparcadas. Lo mejor es pasar de largo y callejear.
Si queremos conocer Malasaña con nuestro perro, una buena actividad es descubrirla a través de sus esculturas urbanas porque eso nos permitirá callejear y asombrarnos con rincones especiales. Al final de la calle Pez se encuentra Tras Julia. Malasaña es oficialmente el barrio Universidad (antiguamente se llamaba Maravillas) y recibe este nombre porque aquí en la calle San Bernardo se encontraba la antigua sede de la Universidad de Madrid. Cuenta la leyenda, que Julia fue la primera mujer en estudiar en la universidad y que, para ello, se tuvo que vestir de forma masculina.
Enfrente de la Escuela de Artes y Oficios, (Palma, 46) que por cierto, tiene una galería de arte muy interesante con las obras de los alumnos, se encuentra La Paseante, que presenta una actitud de bailarina. En la Plaza de San Ildefonso se encuentra la Joven Caminando. Lleva una carpeta de dibujo bajo el brazo por lo que no es de extrañar que se encaminaría a la escuela de artes y oficios o a La Riva (Plaza de San Ildefonso, 4 y 5), una de las papelerías más importantes de Madrid ya que allí se pueden encontrar múltiples artículos para el dibujo y la pintura. Sentada en la plaza del 2 de mayo está Las lecturas del Dos de Mayo (aunque se la conoce por la Lectora Empedernida) y, aunque es de carácter abstracto, se la reconoce por el libro que tiene en su regazo.
En Malasaña proliferan las peluquerías modernas y ‘de autor’, los estudios de tatuaje y cómo no, las tiendas de segunda mano de más o menos nivel, aunque también hay tiendas interesantes centradas en el diseño, la moda o la belleza. Si queremos decorar la casa con alguna pieza especial, podemos echar un vistazo en 'Amezcua Shop' (Palma, 5), en 'DOOC' (Espíritu Santo, 27) o en 'El Moderno' (Corredera Baja de San Pablo, 19). Y, si nos gusta más la artesanía, 'Hijo de Epigmenio' (Puebla, 13) atesora vajillas, tejidos… tradicionales de toda la geografía española.
En cuanto a ropa, hay que decir que Malasaña es un referente para la moda street, skate y urban wear con espacios como 'Frey Boutique' (Corredera Alta de San Pablo, 4), 'Foot District' (Valverde, 35), 'La Tienda de las Gorras' (Corredera Alta de San Pablo, 30); 'Welcome' (Corredera Alta de San Pablo, 16), 'Polemo' (Corredera Alta de San Pablo, 2) o 'Amen' (San Andrés, 3). Y también es una zona muy recomendable si queremos renovar las gafas con monturas originales. 'Alohe Óptica' (San Andrés, 2) y 'Caribou' (Espíritu Santo, 14) son las apropiadas. En esta última además, nuestros canes pueden acompañarnos mientras nos gradúan las dioptrías.
Es tal el compromiso de los comerciantes con las mascotas del barrio (y con las que lo visitan) que muchos de ellos ya tienen preparadas chucherías para ellos, como Lola, en cuya tienda 'Cisne Negro' que conquista a sus clientes de cuatro patas con golosinas. En 'Cisne negro' se pueden comprar un sinfín de artículos divertidos, optimistas y coloridos como sus prendas (americanas, camisetas, sudaderas, calcetines…) estampadas con iconos de la imaginería pop y accesorios llamativos.
También Pilar, en 'Suministros Neva' (Espíritu Santo, 26), tiene su caja de galletas cerca de la mano para ‘homenajear’ a todos los canes que por allí pasen. 'Suministros Neva' es uno de los negocios emblemáticos e históricos de la zona y se ha convertido en un ‘salvavidas’ para los vecinos a la hora de hacer fotocopias, encargar tarjetas e invitaciones o comprar artículos de papelería. Si quieren llevarse un recuerdo de Malasaña, cuenta con unos cuadernos muy interesantes. Más souvenirs hay en 'Amor de Barrio' (San Andrés, 12) con camisetas, sudaderas y demás con unos gráficos característicos de la idiosincrasia ‘malasañera’ en particular y madrileña en general.
La oferta gastronómica del céntrico barrio no es para paladares exigentes. Aquí, los restaurantes están pensada principalmente para turistas por lo que proliferan la rápida y los platos de sabores fáciles e internacionales. Es más fácil comerse un ‘poke’, una hamburguesas o una pizza que un pincho de tortilla. Lo que abundan en Malasaña son los locales centrados en dulces: tartas, donuts, bollos de canela, smoothies… que tienen tanto éxito que a veces hay gente haciendo cola para entrar en ellos. ¿El secreto de su éxito? Principalmente, ser tendencia en redes sociales.
Además de paraíso para golosos, Malasaña lo es también para los cafeteros. Aquí existen muchos cafés de especialidad con gran variedad de granos y tostados. Y los hay de también de múltiples dimensiones, desde los pequeños centrados en el take away como 'Bianchi Kiosko Caffe' (San Joaquín, 9) hasta los históricos, como el 'Café Ajenjo' (Galería de Robles, 4) o el 'Café Manuela' (San Vicente Ferrer, 29) pasando por los populares o ‘de moda’, como 'El Rincón' (Espíritu Santo, 26), cuya terraza siempre está llena tanto en verano como en invierno. Últimamente se han puesto muy en boga los locales que han colocado un pequeño banco en la acera como 'Pan y Pepinillos Café' (Escorial,2), por ejemplo. Aquí podemos hacer una paradita y sentarnos con nuestro can a descansar.
Pero antes, es muy recomendable haber pasado por alguna de las librerías que hay en la zona para adquirir algún título interesante como por ejemplo 'Libros para un mundo mejor' (Espíritu Santo, 13), 'Arrebato libros' (Palma, 21) -además de tener editorial propia cuenta con una interesante selección de libros usados, por cierto-, 'Tres Rosas amarillas' (Espíritu Santo, 12), centrada en literatura infantil y juvenil, 'Tipos Infames' (San Joaquín, 3) con obras de editoriales y autores independientes y que cuenta, además con café y vinoteca en su interior y, la última en abrir sus puertas en el barrio: 'La Fabulosa' (Barco, 40) especializada en narrativa y novela gráfica donde se organizan también diversos talleres.
Después de renovar fuerzas, volvemos a recorrer las calles de este castizo barrio cuyas intervenciones artísticas urbanas merecen (de vez en cuando) hacer una parada para hacernos un selfie con nuestro perro. Son muchos los influencers que vienen aquí haciéndose fotos para sus redes y para ello, no dudan en traerse varios looks, maquillador, iluminador y fotógrafo profesional. Quién sabe, a lo mejor convertimos a nuestro perro en una estrella de Instagram.
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