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La variedad de senderos que se pueden hacer paralelos al mar es amplísima. Ofrecen vistas extraordinarias, del océano y de otras islas y cómo no, de espectaculares puestas de sol. Son perfectas para disfrutar de los salvajes paisajes.
Esta ruta es una de las que están trazadas junto al mar para no perder la visión del inmenso océano mientras se atraviesan los salvajes paisajes de la costa isleña. Comienza en la localidad de Afurdonde destacan unos caseríos tradicionales que se posan en el filo de la roca, realizados con techos de paja.
Se empieza a caminar junto a un barranco por el que baja agua todo el año al lado de la costa para llegar al caserío del Chorro. Por el camino se pueden admirar parte de lo que queda de viñedos, lagares y bodegas que tiempo atrás elaboraban su gran vino. El camino termina en el núcleo de Taganana.
La dificultad de este sendero es media/alta y se camina alrededor de 13 kilómetros.
Comenzar la ruta de Malpaís de Güímar es sentir que estás viajando por la Luna o Marte. El terreno volcánico, de tonos oscuros, se extiende hasta el horizonte mezclado con el color verde de especies vegetales. Este paseo hay que realizarlo con calma, dejándose impregnar por su atmósfera.
De entre los aprovechamientos que el hombre ha obtenido de este entorno, como la pesca o la agricultura, la extracción de sal marina ha dejado pequeñas salinas que hoy se conservan.
La dificultad de esta ruta es baja y se tarda unas tres horas y mediaen realizar el sendero.
El origen de Tenerife hace que tenga un paisaje dominado por conos y otras manifestaciones volcánicas. El Parque Nacional del Teide es el símbolo de esta isla, un maravilloso regalo de la naturaleza que podemos recorrer a través de varios senderos.
Durante esta caminata se cruza una de las áreas de vulcanismo de la isla, las cenizas del Volcán de Chinyero, el último que entró en erupción en Tenerife. El camino que transcurre entre pinos y por suelo de picón muestra las coladas de lava. Está situado dentro de la Reserva Natural de Chinyero y ofrece una bella y cercana panorámica del Teide y Pico Viejo.
Desde este sendero se pueden observar las escarpadas cumbres del Macizo de Teno, cuyas rocas más antiguas rondan los siete millones de años, y la dorsal de Abeque, una franja de volcanes que comienza en las faldas del Teide.
La dificultad es media/alta y aproximadamente se tardan unas cinco horas en realizar esta ruta.
Esta vía está dirigida a todos los públicos porque apenas tiene desnivel. La estrella de este paseo es la piedra pómez, la misma que se utiliza en pedicura. Aquí la hay en cantidades industriales. Su nombre oficial es la pumita y es la esencia de la llanura Cañada de los Guancheros, la que se recorre en esta travesía.
Este camino es ideal para hacerlo de noche ya que los atardeceres en el Parque Nacional del Teide son especialmente sorprendentes: las sombras de los volcanes, el color de la vegetación y los tonos del cielo son únicos en el mundo.
La dificultad del sendero es baja y se tarda en torno a tres horas.
En la isla cuando llueve lo hace en horizontal. De esta manera las hojas se empapan de agua y eso explica los frondosos montes de las zonas altas de Tenerife.
El bosque de Agua García puede compararse a una aldea habitada por un sinfín de seres vivos, muchos de los cuales son especies únicas en el mundo. A pesar de los avatares de la historia, este lugar aún conserva su aspecto original en los cauces de los Barrancos de Toledo y del Salto Blanco.
En esta ruta también podrás ver el Monteverde. Se trata de un bosque formado por una veintena de especies de árboles como el laurel o el viñátigo. Las aves serán las que más llamen la atención dentro de la fauna; como los pequeños pajarillos que hacen la banda sonora del bosque y las rapaces como el gavilán.
La dificultad de esta ruta es baja y dura aproximadamente cuatro horas.
Este es el primer sendero homologado de la isla de Tenerife y reúne muchas particularidades valiosas de historia y botánica. La ruta comienza en Cruz del Carmen, entre tupidos bosques de laurisilva. Se bordean pequeños campos de cultivo y es posible encontrarse con rebaños de cabras. Durante el camino se ven barrancos muy profundos y verdes con casas excavadas en sus laderas.
El final de la ruta termina con un chapuzón en los charcos de Punta Hidalgo. Son unas piscinas naturales en Tenerife realizadas por las últimas erupciones registradas en el Parque Rural de Anaga.
La dificultad de este sendero es media y se tarda unas cinco horas, aproximadamente.