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Para empaparnos de Sant Jordi, lo primero que debemos hacer es conocer su origen. ¿Por qué se regalan rosas y libros en este día? Las primeras, las regalan los hombres a las mujeres desde el siglo XV y se hace para conmemorar la festividad de Sant Jordi (patrón de Catalunya y uno de los nombres más puestos a los retoños catalanes).
Cuenta la leyenda que en el pueblo de Montblanc, el caballero Jordi consiguió salvar a la princesa de morir devorada por un dragón. De la sangre que el animal derramó al morir, nació un rosal del cual el caballero cortó una rosa para la bella princesa. Desde ese día, no hay enamorado que no regale una flor igual a su amada. ¿Y los libros? La idea de celebrar el Día del Libro se le ocurrió al valenciano Vicente Clavel Andrés en el año 1923. Aunque inicialmente la cita se celebró el 7 de octubre, en 1926 se decidió trasladarlo al 23 de abril para hacerlo coincidir con la fecha de la muerte de dos de los escritores más importantes de la historia, William Shakespeare y Miguel de Cervantes. La coincidencia de ambas efemérides, Sant Jordi y el Día del Libro, convirtió la combinación de libros y rosas en un éxito total.
Aunque la tradición dicta que en las parejas de enamorados el hombre entrega una rosa a la mujer y ella a él un libro, lo cierto es que hoy en día no es exactamente así. En la mayoría de parejas, además de una rosa para ella, también hay un libro, e incluso algunos hombres reciben también una flor. Los regalos, además, no solo se hacen entre enamorados sino también de padres a hijas, entre amigos o incluso de jefes a empleados, de forma que en muchas oficinas se regalan rosas a todas las trabajadoras. Así que si visitas la ciudad con amigos y no con tu pareja, ¡también podéis poner en práctica la tradición!
Hay que comprarlos, pero no en el primer lugar que veamos. Como hemos dicho, absolutamente toda la ciudad está tomada por rosas y libros, por ello debemos pensar bien dónde comprarlos ya que la oferta es de lo más variada. En cuanto a las rosas, por ejemplo, podemos encontrarlas desde las más tradicionales (rojas y con la espiga símbolo de la fertilidad) hasta las más modernas (de colores, papel o incluso fieltro), así como vendidas por un gran centro comercial, una asociación de vecinos, una ONG o hasta un grupo de escolares que recauda dinero para el viaje de fin de curso. Con los libros ocurre lo mismo, podemos escoger entre los best-sellers que ofrecen grandes librerías hasta textos de circuito alternativo, editoriales pequeñas o incluso autoeditados.
Una de las mayores atracciones de Sant Jordi es que cientos de escritores se lanzan a la calle para firmar sus libros, una oportunidad de oro para los mitómanos. Habitualmente los autores firman en las carpas que los centros comerciales o librerías instalan a pie de calle, por lo que hay que revisar previamente las webs de cada establecimiento para conocer quién y dónde firmará.
Entre los nombres más destacados que podremos ver este año en el entorno de Plaça Catalunya, por ejemplo, están Almudena Grandes o Alberto Vázquez Figueroa así como el cocinero Ferrán Adriá, el dibujante Ibañez o los directores de cine Juan Antonio Bayona y David Trueba; y en Passeig de Gràcia, María Dueñas, Juan José Millás, Elsa Punset o Risto Mejide.
Este es un día dedicado a la cultura, por lo que se programan todo tipo de actividades en torno a ella. En la agenda de esta edición destaca el festival infantil El Món Llibre, se celebra en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona y prevé más de 100 actividades para despertar el gusto por la literatura entre los niños.
El Centre d’Art Santa Mònica acoge Art Libris, la Feria Internacional de la Edición Conemporánea, que reúne libros de artista, fotolibros y otros ejemplares únicos que son auténticas obras de arte. En muchas plazas y centros culturales es fácil encontrar conciertos, castellers y espectáculos infantiles. El Ayuntamiento, además, abre sus puertas y ofrece visitas teatralizadas para conocer el edificio. Durante estos días también se puede disfrutar de Tiquet Rambles, una selección de espectáculos, visitas a equipamientos culturales y productos a precios reducidos.
Aunque toda la ciudad se contagie del espíritu de Sant Jordi, exiten lugares donde la fiesta se vive con mayor intensidad. Uno de los recorridos más aconsejables es el que arranca en Passeig de Gràcia, lleno de ambiente y con gran presencia floral, y llega hasta la Plaça de Catalunya, centro neurálgico de la fiesta.
Durante la bajada, podemos hacer alguna incursión en Rambla de Catalunya (paralela a Passeig de Gràcia), completamente tomada por las librerías. Las famosas Ramblas, por supuesto, son visita obligada, eso sí, siempre que podamos movernos entre el gentío que allí se concentra.
Recorrer el barrio gótico es otro gran acierto, especialmente si hacemos parada frente a la catedral o en la plaza del Ayuntamiento. Y para los más alternativos, el Passieg de Sant Joan, frente al Arc de Triomf, donde se concentran las editoriales más alternativas y hay un gran número de actividades.