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En toda la Ribera del Duero hay 315 bodegas. Y muchas de ellas se encuentran localizadas en este breve recorrido conocido como la Milla de Oro. Todas lindan unas con otras, a pie de carretera. De ahí que visitar una bodega sea una experiencia obligatoria cuando se está por la zona, lo que siempre incluye como colofón una cata de varios vinos. Hay incluso algunas que tienen su propio restaurante por si, tras la visita, apetece quedarse a comer frente a los viñedos. Cuidado con el vino. Sube rápido a la cabeza y eso es totalmente incompatible con ponerse al volante. Mejor que beba el copiloto. Hay bodegas para rato, podéis turnaros la próxima vez.
La N-122 está rodeada de viñedos, pinares, montes no muy altos y una ribera que asoma al Duero. Es fácil ver corretear a familias de corzos o algún que otro conejo que baja a beber al río. Es al caer la noche cuando llega el verdadero peligro. Muchos animales cruzan la carretera aprovechando la oscuridad. La gente de los pueblos lo sabe bien y avisa: hay que ir despacio y con los ojos bien abiertos, sobre todo por los jabalíes, que pueden causar graves accidentes. Una de las zonas con más posibilidades de toparse con animales es la que discurre entre Quintanilla de Onésimo y Abadía Retuerta, aunque hay que extremar la precaución en toda la zona y en todo momento. Las señales de tráfico te lo recuerdan constantemente.
La N-122 es una carretera de doble sentido muy concurrida por camiones y grandes trailers. No tengas prisa por adelantar, relájate y piensa que los tramos entre pueblos son cortos, que en apenas unos minutos llegarás a tu destino. Si visitas una bodega por el camino, ten en cuenta que las entradas están a pie de asfalto y es fácil pasar de largo si vas distraído. Ir tranquilo te permite además observar el paisaje que tienes alrededor. Fíjate bien porque no solo encontrarás hileras de viñedos y bodegas, sino también pequeños tesoros como la antigua vía férrea que unía Valladolid con Ariza y que dejó de transportar pasajeros en 1985. En las afueras de los pueblos de la N-122 aún es posible divisar algunas de las estaciones ya abandonadas o puentes ya en desuso como el del Carrascal, a la altura de Peñafiel.