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En la Plaza del Coso de Peñafiel. Pisa la arena de esta plaza del siglo XII y, con el castillo frente a ti, dirígete a la esquina derecha más alejada. Desde ahí podrás hacerte un selfie de 10 con las singulares fachadas de madera de la plaza a tus espaldas y la majestuosa fortaleza en todo lo alto.
En el Castillo de Peñafiel. Ya tienes el selfie de la fortaleza desde el casco antiguo de la ciudad. Ahora te toca cambiar la perspectiva: sube los 66 escalones que te llevan a la Torre del Homenaje de este castillo de 1456 y observa la inmensidad de la Ribera del Duero a tus pies. Estás a 887 metros sobre el nivel del mar y a unos 200 sobre el pueblo de Peñafiel, rodeado de pinos, chopos y encinas. Aquí tienes vistas para un buen rato. Puedes elegir hacerte una foto con el castillo de Curiel a lo lejos, con los campos de viñedos cercados por el río Duero, o, si miras al sur, con el perfil de las montañas de Guadarrama, Somosierra y La Pinilla.
En la isla del 'Molino de Palacios', en Peñafiel. Este restaurante especializado en lechazo al horno y cocina tradicional cuenta con una pequeña isla de césped formada por el río Duratón. Rodeada de vegetación, es un lugar exquisito para tomar una copa de vino o acabar aquí la sobremesa, con el antiguo molino harinero de fondo y los patos merodeando cerca. Hay quien se lleva la mesa hasta el riachuelo que apenas tiene un palmo de profundidad para refrescarse en los días más calurosos. Aquí la foto triunfa.
Desde la Bodega de 'Valdemonjas'. Coge el coche y conduce hasta el Km. 322 de la N-122. Despacio, el acceso a la bodega no está señalizado y hay que entrar con cuidado por un camino de tierra. La ventaja de esta bodega es que está construida sobre un talud de tierra, sobresaliendo sobre el entorno que la rodea. Su ubicación es perfecta para sacar un buen selfie. Y más si incluyes su arquitectura moderna y sostenible en la foto. Baja a la zona de sus viñedos y busca un gran olivo. Desde allí, encuadra y dispara. El segundo selfie puedes hacerlo en su balcón acristalado, desde donde se divisan los viñedos de sus vecinos 'Vega Sicilia', 'Hacienda Abascal' y 'Finca Villacreces', al otro lado de la carretera. La mejor hora para ir es cuando cae el sol y los viñedos cambian de tonalidad por momentos.
El mirador del yacimiento arqueológico de Pintia, en Padilla de Duero. La mejor manera de observar la inmensidad de la necrópolis de Las Ruedas es desde su mirador. Una pequeña montaña de tierra de unos 5 metros de altura te eleva sobre el gran campo de estelas funerarias de piedra donde los vacceos enterraron a sus muertos durante al menos siete siglos. Se calcula que en sus 6 hectáreas hay al menos 100.000 enterramientos. Asómate y mira el gran lobo tumbado a tus pies que tanto simbolismo tuvo para esta etnia prerromana que habitó el territorio central de la cuenca del Duero. Ahora solo tienes que elegir qué vista te gusta más para darle al disparador de tu móvil.
Desde la Pasarela GR 14 de Pesquera de Duero. Seguramente este puente ribereño sea uno de los más fotografiados de la zona por su estructura en zigzag sobre el río. Parece una serpiente sobre el Duero. Mide 106 metros y 3 de ancho y los lugareños presumen de que es uno de los puentes de madera más largos de España. Construido en Asturias, sus barandillas están dobladas en forma de barrica como guiño a los viñedos de su entorno. Es además una de las tres pasarelas de la Etapa 12 de la Senda del Duero, la que discurre entre Peñafiel a Quintanilla de Onésimo. Para llegar a él, coge la carretera VA- 101 desde Peñafiel hasta Pesquera de Duero. Busca las 'Bodegas Cantamora', y desde allí, la calle Nueva que va paralela al río. Te toparás con un parque y enseguida verás el puente.
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