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Ruta en moto por la tierra del Quijote

Un viaje por los paisajes de Cervantes

Actualizado: 18/10/2016

Distancia: 552 Kms

Duración: 4 horas

Visitas: 1 paradas

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Nos subimos de nuevo a la moto para saborear una ruta llena de historia y paisajes inmortalizados en libros como el de Cervantes. Se recrea en posadas y caminos que transcurren por lugares tan increíbles como los humedales del Guadiana o, ya en la vecina Andalucía, los meandros de la ciudad de Montoro.
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Nuestra ruta arranca en una de las ciudades con más tradición en el teatro: Almagro. Situada en Ciudad Real, Almagro celebra durante todo el mes de julio su famoso Festival de Teatro Clásico. Con todo, esta ciudad guarda muchas más historias que las que se representan sobre sus tablas y pasear por su casco antiguo y suelos de piedra con nuestra moto nos transporta directamente al siglo XVII. No puedes perderte su bonita Plaza Mayor, su histórico Corral de Comedias o la visita a alguna de sus casas solariegas.

Ya preparados para salir, tomamos la N-420 hacia el sur, y nos dirigimos para refrescarnos hacia el Parque Natural de Sierra Morena en su lado este, atravesándolo hasta llegar a Montoro, ciudad limítrofe entre Castilla La Mancha y Andalucía. No podemos dejar de fotografiar el meandro que el Guadalquivir nos regala a su paso por la ciudad. Las vistas en la entrada de la ciudad son impresionantes. Si seguimos hacia el puente de piedra, la ciudad queda a nuestra izquierda y parece estar colgada en la montaña. Detenerse sobre el puente para admirar esta parte del río es un regalo para nuestra vista. El agua baja tranquila formando una curva en su cauce que dará paso al meandro. Casi podemos observar cómo fue en tiempos remotos y cómo han quedado sus orillas tras siglos de erosión tanto por el agua como por el aprovechamiento del hombre para los cultivos.

El Guadalquivir a su paso por Montoro. Foto: Shutterstock.com.
El Guadalquivir a su paso por Montoro. Foto: Shutterstock.com.

En esta zona el calor aprieta. Y el hambre también. Por ello, continuamos el camino por la revirada A-3102 hasta una pequeña aldea, Molino la Nava, donde se encuentra un precioso hotel construido en una antigua fábrica de aceite –del mismo nombre que la aldea–. Su dueño, también motorista, te recibe siempre con una copa de cava fresco. Podemos pasar allí la noche, o el día, utilizar su siempre impecable piscina o deleitarnos con pan de pueblo mojado en el rico aceite, que según me cuentan, compran a una señora que lo hace en su propia casa (shhh, es un secreto). Una vez con fuerzas renovadas partiremos hacia tierras quijotescas, regresando a La Mancha atravesando de nuevo esta sierra andaluza por su parte oeste, rodeados de olivares. Es una buena oportunidad para hacer alguna parada y comprar aceite de primera calidad.

Alicia atravesando la Sierra de Andújar. Foto: Alicia Sornosa.
Alicia atravesando la Sierra de Andújar. Foto: Alicia Sornosa.

Ya en tierras manchegas retomamos el camino por la A-6178 hasta la CR-5004, dejando atrás la sierra hasta la A-4. Recorremos un tramo de autopista hasta Valdepeñas, cambiando los olivos por las viñas. Del verde de la parte andaluza a un castellano amarillo en época de estío o verde esmeralda en pleno invierno, las llanuras de La Mancha se abren paso bajo nuestras ruedas. Nos desviamos en la CM-3109, continuando por las vastas planicies hasta toparnos con un regalo de la naturaleza, las Lagunas de Ruidera, unos humedales llenos de contrastes y pequeños pueblos, casas de veraneo, iglesias y posadas como la que se cita en la novela de Cervantes: 'Venta El Celemín', que toma el nombre de una antigua medida de trigo.

La 'Venta El Celemín', una parada ideal para comer tradición manchega. Foto: Alicia Sornosa.
La 'Venta El Celemín', una parada ideal para comer tradición manchega. Foto: Alicia Sornosa.

Pero antes de entrar en esta particular casona, podemos visitar varios escenarios de la obra cervantina, la cueva del ermitaño, la iglesia o imaginar la vida de este caballero entre las sombras que regalan las encinas que se apiñan a los lados de las lagunas. Las vistas son fantásticas y el agua va cambiando de color según el mineral que arrastre la corriente. Para los más valientes, se agradece un buen chapuzón.

En la 'Venta El Celemín' podemos descansar, comer o simplemente visitarla. Esta pequeña casa se encuentra frente a la iglesia de San Pedro, que da nombre a la primera de las lagunas. Una rica mesa con quesos, caza y gazpachos (tiras de masa con carne de caza desmigada), típica de la zona, nos espera.

Las Tablas de Daimiel, un lugar único en Europa. Foto: Guillén Pérez (permisos cedidos a guiarepsol.com).
Las Tablas de Daimiel, un lugar único en Europa. Foto: Guillén Pérez (permisos cedidos a guiarepsol.com).

Desde la cercana población de Osa de Montiel retomamos el camino rectilíneo hasta otros humedales, esta vez las Tablas de Daimiel, donde poder observar animales en un lugar único en Europa, recuperado gota a gota para disfrute de cuantos por aquí pasamos. Si además te gusta el silencio y avistar aves, ésta es una zona rica en migratorias, que descansan en estas aguas antes de emprender su largo vuelo hacia África, huyendo del frío invierno del norte de Europa. Una ruta para todo tipo de motos –desde los 250 cc– que nos hará vibrar con su gastronomía y paisaje, merecedores de una gran novela.

Nuestra ruta

PARA DORMIR:

Molino la Nava (Montoro)
El Celemín (Osa de Montiel)
Posada de los Portales (Almagro)

PARA VISITAR:

Parque Natural de la Sierra Morena
Lagunas de Ruidera
Tablas de Daimiel

NO TE PUEDES PERDER:

Meandro de Montoro
Teatro Clásico de Almagro (mes de julio)
Museo del Carro
Iglesia de la Asunción (Almagro)