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La Fórmula 1 en España se asocia a Fernando Alonso –ahora también a Carlos Sainz– y, en el mundo de la televisión, a Antonio Lobato. Periodista con una larga trayectoria, fue el encargado de narrar los triunfos del piloto asturiano en los mundiales de 2005 y 2006 y ha sido la voz de este deporte en las diferentes cadenas de televisión que han comprado los derechos de retransmisión.
Se dio un descanso para presentar en TVE el programa Desafía tu mente, pero este año 2018 ha regresado a retransmitir el Mundial de Fórmula 1 desde Movistar Plus, una labor que compagina con otra de sus grandes pasiones: enfrentarse a carreras en bicicleta de montaña (MTB) por España y por medio mundo.
Es difícil elegir. La ventaja de ir en bici es que normalmente vas despacio y tienes tiempo para disfrutar del paisaje. La desventaja, en mi caso, es que casi siempre lo he hecho en carreras y, aunque no soy profesional ni tengo intención ni capacidad para luchar por buenas posiciones, trato de dar el máximo. De esta forma, cuando terminas y cruzas la meta te arrepientes de no haber parado a hacer la foto en alguno de los miles de rincones por los que has pasado. Sí, lo has pensado, pero no te has detenido.
Recuerdo que cuando corrí los 10.000 del Soplao, una de las pruebas más míticas de MTB que se hacen por España, me fascinaron los paisajes de esos montes cántabros por donde pasamos. También la Volta Menorca en MTB, en especial la zona más salvaje del noroeste de la isla donde los paisajes eran de una belleza tremenda y las playas mezclan la intensidad del agua azul cristalina con lo escarpado de un terreno que es sobrecogedor.
La verdad es que comer bien en Asturias es muy fácil. Lo puedes hacer casi en cualquier sitio. La oferta es enorme y, aunque muchos restaurantes han surgido como setas con el boom turístico, la media de calidad es muy alta.
Yo recomendaría algunos sitios quizá un poco perdidos. El primero está en lo alto de un monte cerca de Llanes. La carretera es estrecha y sinuosa, pero el lugar es increíble. Está en El Mazuco y se llama restaurante parrilla 'El Roxín'. Hay que reservar y hay que ir con hambre.
Otra opción, también cerca de Llanes, en Puertas de Vidiago, es el restaurante 'Hoyu L’Agua'. Una vieja cuadra restaurada que es un auténtico espectáculo para la vista y para el paladar. Y otro de mis favoritos es la sidrería restaurante 'El Hórreo'. Está en la carretera AS-239 cerca de Luanco. Pescados y mariscos extraordinarios en un local de los de antes con olor a sidrería de las de siempre.
No he visitado muchos hoteles en Asturias porque sigo teniendo familia ahí, pero hay un hotel en uno de mis rincones favoritos, la playa de Vega. El hotel se llama 'Hotel Playa de Vega'. Un gran lugar para desconectar.
Soy más de hotelito con encanto. Prefiero una buena ubicación y unas buenas vistas al lujo y las comodidades. En uno de los primeros viajes, siendo muy joven, nos fuimos mi mujer y yo –entonces éramos novios– a la zona de Picos de Europa, recorriendo parte de Asturias y parte de Cantabria. Durante unos días estuvimos alojados en un hostal pequeñito en la aldea de Cosgaya que se llama el 'Hotel del Oso'. Apenas a diez kilómetros de Fuente Dé, con decenas de rutas para caminar que salían a pocos metros y en un entorno alucinante en medio de los Picos de Europa. Una chimenea, un enorme perro San Bernardo, buena comida y trato cercano. No necesito nada más.
Muchos. Es difícil elegir uno porque son los que hago con mi mujer y mi hija y están siempre llenos de buenos momentos. Cádiz, Menorca, Ibiza en velero… Carmen (mi mujer) y yo solemos hacer un viaje en moto cada año. El último fue al País Vasco, donde recorrimos especialmente la zona de Guipúzcoa. El año anterior hicimos la ruta por Galicia, Rías Bajas y Costa de la Muerte. Con la moto te sientes más libre y conviertes el viaje en una aventura, así que ya estamos pensando en el próximo.
Siendo sinceros, he comido más veces fuera de España con él que dentro. La última vez creo que fue en una sidrería que hay a la salida de Oviedo que se llama el 'Llagar de Titi'. Comida tradicional asturiana. Yo tomé fabada y cachopo... Ligerito.
En mi caso fue por accidente. Fui a estudiar, me enamoré, encontré trabajo y me quedé. La verdad es que Madrid lo tiene todo excepto mar. Puedes hacer algo diferente cada día. La oferta de ocio es inagotable.
Me gusta mucho el centro: Malasaña, Latina, Chueca, Lavapiés... No sabría decirte un lugar en concreto porque pasear por esas calles sin rumbo muchas veces es lo mejor. Te paras en un bar a tomar una caña, charlas un rato y te vas a otro. Me encanta sentarme en las terrazas de la Plaza de Chueca. Puedes pasarte horas mirando el espectáculo de la vida que pasa por ella. También me gusta escaparme alguna mañana de primavera o de verano y sentarme en la Plaza de San Ildenfonso.
Hace tiempo que no repito en Madrid capital. Hay tantos sitios que probar y tengo tan poco tiempo que aunque los apuntas entre tus favoritos luego es difícil volver a menudo. He repetido varias veces en el 'Yakitoro', de mi amigo Alberto Chicote, en especial porque a mi hija Alba le encanta. Uno de los últimos que me entusiasmó fue 'DSTAgE', del chef Diego Guerrero. Fue una gran experiencia que repetiré.
Los restaurantes a los que suelo ir más a menudo son los que están cerca de donde vivo, fuera de la ciudad. Mi favorito con mucha diferencia es 'El Ochenta', en Majadahonda. Un lugar muy acogedor, con una terraza fantástica para las cenas de verano y donde la calidad y el trato son siempre extraordinarios. Muy, muy recomendable.
Me encanta la japonesa. Recuerdo una de las mejores experiencias de mi vida en un pequeño local de Tsukiji, el mercado de pescado de Tokio. Jamás en mi vida comí un sushi como aquel, elaborado a un metro de mí, en un local de apenas 20 m2. Aquí en España, en Madrid, mi último descubrimiento ha sido 'Yugo The Bunker', del chef Julián Mármol. La calidad de los productos y de las elaboraciones fue brutal. De saltársete las lágrimas.
Una carrera de F1 es una fiesta, así que hay que plantearse la comida como algo festivo. Yo recomendaría un poco de picoteo de entrada, un buen tartar de atún rojo, unos berberechos al vapor y unas gambas a la plancha, por ejemplo. De segundo un arroz. Yo hago uno en la barbacoa con carabineros (cuando no hay carreras) que está mal decirlo, pero me sale imperial. De postre… un sorbete de mandarina.