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Escribe en trenes, ocupa un lugar de honor en las listas de los libros más vendidos y su prosa poética es de lo más compartido en redes sociales. José Ángel Gómez Iglesias (Vigo, 1984), alias Defreds, es uno de los fenómenos editoriales más sorprendentes de la literatura española de los últimos años. Twitter fue su casilla de salida y ahora acaba de publicar su quinto libro, Con un cassette y un boli bic (Espasa), después de haber despachado más de medio millón de ejemplares de sus obras anteriores.
A su ciudad natal le dedicó 1775 calles, el mapa sentimental de un vigués adicto al pulpo y a los viajes, que en los últimos años se han multiplicado por sus compromisos editoriales y sus multitudinarias firmas de libros. Defreds se muestra encantado de ejercer de guía por algunos de sus rincones y restaurantes favoritos, tanto de su tierra como del resto de la península.
Vigo es una ciudad con muchas playas, una ría enorme y casi desde cualquier rincón ves el mar. Me encanta escribir cerca del mar. La playa de Samil es estupenda, tiene unas vistas increíbles de las Islas Cíes. Otro lugar maravilloso es el monte de la Guía, desde el que se puede contemplar la ría desde arriba, o el monte del Castro, para ver el Ayuntamiento y la ría al fondo. Ahora estoy en un punto en el que en cualquier sitio en el que tenga una idea, la anoto.
Me encanta comer bien y mi ciudad es una gozada en ese sentido. En primer lugar está el restaurante 'Folhas Novas', un sitio pequeño que siempre está lleno. Yo lo veía desde la ventana de casa de mis padres y creo que nunca lo vi vacío. Luego por fin lo probé y me encantó por su variedad, no tiene los típicos platos y no es muy caro. En el casco viejo hay un sitio de tapas que se llama 'Lume de Carozo', que además tiene un menú del día muy barato que está muy bien. Le tengo mucho cariño, voy a menudo con mis amigos y la verdad es que se come de maravilla. Por la zona hay otro del estilo que se llama 'Vaiche Boa'… pero es que el casco viejo de Vigo está lleno de taperías y hay muchas que son un lujo.
También recomiendo el que para mí es el mejor japonés de la ciudad, el 'Vigo Kyoto', totalmente fiel a la comida japonesa tradicional. En 'Retranca' hacen unas hamburguesas muy grandes con queso de tetilla por encima, las sirven en platos enormes con patatas y ensalada y están para chuparse los dedos. Si tienes mucha hambre lo mejor es ir al 'Agacha a testa', un chalet con jardín reconvertido en bocatería donde sirven unos bocadillos tremendos. Son tan grandes que la gente se pide uno para tres personas. También me encanta el 'Othilio', un restaurante modernito con rollo fusión que está triunfando, tiene precios asequibles y se come un pulpo a la brasa exquisito.
Es una pena, pero en Vigo las librerías pequeñas están desapareciendo. Todavía quedan algunas muy curiosas, como 'Trotalibros', que vende libros de segunda mano y me sorprendió no solo por los precios, que están tirados, sino porque lo tienen todo perfectamente ordenado por autores y géneros, algo que no es muy habitual en este tipo de librerías.
He firmado fundas de móvil, mochilas, me han pedido que enviara audios por Whatsapp a otros países, vídeos en directo, he conocido a gente que te trae la comida típica de su ciudad, cerveza, regalos para mi hija… De todo, aunque lo más sorprendente me sigue pareciendo la gente que viene con tatuajes de frases mías. También me alucina cuando me cuentan cosas como que se han hecho un viaje de 15 horas solo para pedirme la firma, ese tipo de locuras.
Me gusta conocer el centro de las ciudades, pero a veces tengo tan poco tiempo que no me da mucho margen para descubrir cosas que merezcan la pena. Del norte no tenía mucha idea, aparte de Galicia, y me gustaron mucho Gijón, Santander y Bilbao, son lugares muy acogedores y tienen muchos rincones especiales. Quiero volver para pasar un fin de semana por lo menos en cada una de ellas.
En Madrid hay un sitio que me recomendaron cuando fui para promocionar mi primer libro y me encantó. Se llama 'Casa 9', me dejé aconsejar y todo lo que me sirvieron estaba buenísimo, merece la pena probarlo. Cuando estuve firmando en Gran Canaria nos hablaron de 'La Puntilla', al final de la playa de Las Canteras. Tienen el pescado y el marisco fresco expuesto para que elijas lo que quieres comer, te lo hacen en el momento y te lo sirven en la mesa. Espectacular.
Cuando fui a Tenerife me llamó la atención un restaurante japonés-peruano, 'Abikore', que es una pasada. En Sevilla viví durante un año y hay un sitio estupendo, 'Taberna Coloniales', un clásico. Ahí se come fenomenal de tapas y raciones, siempre me pedía una de solomillo al whisky y otra de pollo con salsa de almendras. En Albacete descubrí el 'Garabato', con un servicio de sala magnífico.
He ido viendo una evolución muy clara en mis libros. Los textos de Casi sin querer tienen casi 6 o 7 años y ya no me siento tan cercano a ellos, los que escribo ahora son más sociales, de un amor más maduro, también de mi hija… Voy creciendo y mis lectores también.