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Joaquín Reyes junto a Ernesto Sevilla.

En ruta con Joaquín Reyes

"De gira pasé por Santa Eulalia de Oscos y ahora voy todos los veranos"

Actualizado: 12/09/2016

En plena gira con Ernesto Sevilla y sus colegas 'chanantes', el cómico manchego nos revela dónde para en carretera desde niño para tomarse su bocadillo de calamares o ese pequeño pueblo asturiano del que se quedó enamorado y al que regresa año tras año.
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"Una pregunta que quería lanzar así al aire", dice poco después de descolgar: "¿Por qué han pensado en mí para hacer de una cabra con gafas?". Se refiere a su papel como doblador en la película de animación Robinson, una aventura tropical, que se estrena el 16 de septiembre y en la que comparte cartel con Carlos Latre y Alexandra Jiménez. Como la respuesta se nos escapa pasamos a otros temas menos peliagudos, como la gira de Viejóvenes (a partir del 19 de septiembre en el Teatro La Latina de Madrid y del 13 de octubre en el Teatro Tívoli de Barcelona), el encanto de los bares de carretera o cómo son sus colegas chanantes como compañeros de viaje.

Has sido número uno en taquilla con 'Cuerpo de élite', haces de cabra en 'Robinson, una aventura tropical', tienes 'Viejóvenes' girando por toda España, has firmado la contraportada de 'El País' en verano... ¡estás que lo petas!

Así dicho todo seguido parecen muchas cosas, pero es más llevadero de lo que puede parecer. Es un poco lo que he hecho hasta ahora. He tenido siempre la oportunidad de desarrollar muchas cosas e involucrarme en proyectos que me parecen interesantes. Eso también es mérito de la gente que me los propone, ¿no crees?

Raúl Cimas, Julián López, Carlos Areces, Ernesto Sevilla… ¿qué tal son los chanantes como compañeros de viaje?

A mí me encanta viajar con Ernesto y era uno de los alicientes para hacer Viejóvenes, que estuviéramos juntos de gira. Con Raúl Cimas también he viajado mucho y es una persona graciosísima... La verdad es que cuando estoy con ellos me lo paso muy bien, son gente muy divertida. No es como estos cómicos que son pesaos, porque hay algunos que son muy pesaos, tienen que ser graciosos constantemente y tú notas cómo están probando contigo las bromas. No es el caso de mis amigos, son cachondos pero de una forma natural, sin forzarlo.

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Si fueras de turismo gastronómico, ¿cuál sería tu destino preferido y con quién te harías ese viaje?

A Julián López le encanta comer, tan delgadico él. Con Julián podría irme perfectamente casi a cualquier sitio de España, que aquí se come bien en todos lados. Suena a tópico pero es verdad. Con Ernesto en las giras, como prácticamente solo actuamos, no salimos ya porque estamos mayores, nos pegamos unas comidas de escándalo. Hemos reservado en un restaurante aquí en Valencia, en el 'Casa Roberto', y nos vamos a cascar una paella valenciana justo antes de actuar.

¿Eres más de bar de tapas o de bar de copas?

Como soy viejoven ahora me van más los bares de tapas. Está quedando la entrevista así un poco triste, pero es verdad, salgo poco. Ya cuando cumples una edad lo que te gusta es comer y beber bien. Sí me gusta tomarme algo después de las actuaciones, pero en un sitio tranquilo. Cómo estoy quedando, madre mía...

¿Qué es lo peor de ser 'viejoven' cuando estás de viaje?

Lo peor de ser viejoven, en general, es que un chaval te llame "señor". Y tú dices, ¿cómo es esto? Porque claro, tu imagen residual de ti mismo es la de alguien joven, pero eso ya no es así. Esa distorsión entre la imagen que tú tienes y la real a mí es lo que más me hace pensar. El otro día le preguntaba a mi sobrino, "¿tú como me ves, porque yo me veo joven". Y él me decía, "hombre, yo si no te conociera te echaría..." ¡y me echó dos años menos! Y yo, "bueno, pues no está mal, no está mal".

¿Has encontrado inspiración para algún monólogo en la carretera?

Sí, como soy de la meseta siempre he tirado mucho de coche. Recuerdo los viajes con mi padre, que nada más salir mi hermano ya empezaba a decir "¿cuánto queda?" y mi padre se ponía nervioso. De hecho tengo un monólogo que habla de eso y de los bares de carretera... no los que tienen luces, eh. Una amiga mía inglesa me decía (con acento inglés) "qué alegres son aquí las casas en España con tantas luces". Y yo "sí, sí que son alegres, sí. Tienes que pagar, pero son alegres". Los bares de carretera a mí me fascinan, estos en que hay miles de llaveros y todavía te puedes encontrar, como me pasó hace poco, el expositor con CDs de Lo mejor de Junco. Y yo pensaba, "¿cómo será lo peor?".

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Cuando vas de Albacete a Madrid, hay uno justo en la mitad que se llama 'Restaurante Venta San José'. Unos amigos de mis padres solían llevarme y yo paro siempre que puedo y me pido un bocadillo de calamares. Cuando estábamos llegando siempre les decía a los amigos de mis padres, "hoy me voy a pedir otra cosa, voy a probar". Pero en cuanto llegaba, "¡bocadillo de calamares!".

¿Tienes restaurantes fijos a los que vas siempre que puedes?

Tengo muchos. Hay un sitio de tapas en Albacete, que se llama 'Entre Amigos', que me encanta, siempre que estoy por ahí, voy. Y por ejemplo, en Madrid me gusta mucho un restaurante vegetariano, el 'Artemisa', que está cerca de las Cortes y cuando trabajaba por ahí iba todas las semanas. Hay otro, un japonés que se llama 'Sushi 19', que está en la calle Salud y es de mis favoritos. El 'Oaxaca', un mexicano de Barcelona, también es muy recomendable.

¿Estando de gira has descubierto algún lugar especial?

Hay un pueblo muy pequeño de Asturias que me encanta. Es Santa Eulalia de Oscos, que está en la zona más occidental del interior de Asturias, entre Lugo y Gijón. Llegué por casualidad un verano a esa zona y ahora voy todos los veranos. He acabado dando el pregón en el pueblo y todo. La zona entera es una maravilla.

¿Cómo llevas lo de los hoteles? ¿Qué tiene que tener un hotel para que vuelvas?

La verdad es que soy una persona que hago siempre lo mismo. Como soy manchego, soy poco de innovar. Y suelo repetir en los hoteles. Ahora en Valencia estoy en el Meliá que está en la Plaza del Ayuntamiento. Lo que me pasa a mí, como a muchos que nos dedicamos a esto, es que lo de las habitaciones es un lío tremendo. Siempre tengo que preguntar el número de habitación, porque me suelo equivocar con tanto viaje y tanto hotel.

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