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Es oír su nombre y asociarlo a las influencias del clima en todos los aspectos de la sociedad, a la defensa de la naturaleza, del medio ambiente, de la gastronomía tradicional o de los oficios de toda la vida. Jacob Petrus es geógrafo, meteorólogo y desde 2014 codirige y presenta Aquí la Tierra (TVE). Con este programa, el catalán de 42 años se convirtió en 2017 en un coleccionista de premios, entre los que han destacado la Antena de Oro y el Ondas al mejor programa de entretenimiento.
Uf, qué difícil me lo pones. Algunos de los lugares que hemos sacado los últimos días en el programa y a los que he ido de vacaciones los últimos años son Sotres y Tresviso, en Asturias. Es un paisaje espectacular. Son pueblos que quedan aislados por la nieve cuando llegan los temporales típicos de enero y febrero en el Cantábrico. Llegan a convivir con dos y tres metros de nieve.
Nosotros los solemos enseñar en invierno, pero no es la época para visitarlos y, en cambio, en verano son lugares de montaña, del interior del Cantábrico, maravillosos, verdes, preciosos. Estás allí, en pleno mes de agosto, y el clima te permite comerte una fabada, con la bondad de las temperaturas y del paisaje. Es una gozada. Es un regalo para las sensaciones.
Te voy a decir un lugar en el que se come muy bien, pero que su gran virtud son las vistas que tiene. A mí, particularmente, me emociona mucho ver ese skyline de la ciudad de Barcelona. Es 'El Xalet', en la montaña de Montjüic.
Está ubicado al lado de las piscinas Bernat Picornell, donde los saltadores de los Juegos Olímpicos de Barcelona se lanzaban al agua con todo el perfil de la ciudad de fondo, una imagen maravillosa que se vendió al mundo entero. Pues este restaurante está justo al lado y puedes cenar viendo esa vista de Barcelona que, a mí, me emociona particularmente siendo mi ciudad.
Hay un sitio que yo recomiendo mucho a la gente que es la plaza de San Felipe Neri. Es muy pequeñita y está detrás de la catedral. En la portada de una pequeña iglesia que hay allí, te sorprenderá descubir los impactos de bala de la Guerra Civil, que aún se conservan. Es una plaza de estilo gótico y, aunque está en el centro, reina el silencio. Es perfecta para escabullirte de la marabunta de turistas que hay justo al lado, en la catedral.
Además, este lugar aparece en la novela La sombra del viento, una novela ambientada en Barcelona. En teoría, en el libro, aquí había una zapatería. Es un lugar al que le tengo mucho cariño y, siempre que voy, intento pasarme, aunque sea unos segundos.
Me vienen muchos a la cabeza, pero seguramente me iría a un paraje de montaña a estar en contacto directo con la naturaleza, en estado salvaje, con la montaña como telón de fondo y un poco de frío. Sí, me iría al Picos de Europa.
Hay ciudades de España que tienen un clima maravilloso como Palma de Mallorca, Málaga o cualquier ciudad del Mediterráneo o de las Islas Canarias. Sevilla también me gusta, aunque los veranos son más duros. Pero, a decir verdad, a mí me gusta un poco más de actividad, de movimiento. Seguramente me iría a alguna de las del norte para vivir un poco de lluvia como Santander o Gijón. Aunque, en realidad, creo que finalmente me quedaría en San Sebastián. Además, se come bien y se pasea de maravilla.
Reconozco que, al pasar los últimos veranos en Asturias con mi familia, le tengo mucho cariño a esta comunidad. Además, el último año ya fui con mi hijo pequeño, con Alejandro. Este año volveremos a ir y ya camina. Por eso, los viajes a Asturias han sido muy especiales. La primera vez fuimos un poco a la aventura, para huir del calor y ver qué tal nos apañábamos con el niño pequeño cuando solo teníamos uno.
Para mí fue una sorpresa descubrir alguna de sus playas. Yo, que soy mediterráneo, no estoy acostumbrado a estos paisajes. Por ejemplo, la de San Antolín, que parece una escena de Parque Jurásico. Además,hay un chiringuito ahí para comerte unas gambas maravillosas. O la que llaman 'la playa de los niños', donde la marea baja muchísimo, casi un kilómetro y resulta perfecta para que los más pequeños jueguen. En definitiva, Asturias lo tiene todo: montaña, mar, buena gastronomía en carnes, verduras o pescado y además, la gente es maravillosa.
Sin dudarlo, el 'Gallo Negro'. Es un restaurante mexicano, que está al lado de El Plantío. Es pequeñito pero es un escándalo lo bien que se come. Yo particularmente tengo una relación de pasión con la comida mexicana. Me gustan mucho estas cocinas que combinan tantos productos distintos, como ocurre con la española. Y que lo hacen sin necesidad de elaborarlos muchísimo, sin modificar sus características principales. Todos los viernes intento escaparme con mi mujer para comer juntos los dos solos y este es un sitio al que vamos mucho.