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Joyas únicas, con un diseño a medida de los gustos de cada persona, como alternativa a las grandes marcas. "Trabajamos un modelo artesano, lo hacemos todo aquí, y además de comercio justo, utilizamos plata y oro con un origen trazable, podemos explicar desde la mina donde se obtienen los materiales a todo el proceso que han seguido hasta llegar hasta aquí", explica Daniel Bellido, al frente del proyecto. Diseñador y joyero, desde 1996 ha desarrollado su propia metodología en diseño personalizado de alianzas, la especialidad de la casa. "Las parejas vienen, muchas recomendadas, les enseñamos las formas, los acabados, los grabados, y en base a lo que nos digan, les hacemos un dibujo y un presupuesto", explica.
'Koetania' presume de ser pionera en ofrecer piezas singulares y artesanas y certificar que los materiales nobles que utilizan en su taller tienen un origen responsable desde el punto de vista ético y medioambiental. Además de alianzas y anillos de compromiso, crean otras joyas personalizadas: de anillos en los que se lee el nombre de quien los lleva a gemelos con motivos marinos. También cuentan con diferentes colecciones de joyas, en base a motivos como fósiles o Barcino, la Barcelona romana. Un trabajo de largo recorrido que les ha llevado a recibir diversas distinciones como el Premio Nacional de Artesanía de la Generalitat en 2015 o el distintivo Singular Shop Barcelona que otorga el Ayuntamiento de la ciudad.
Cuadernos, álbumes de fotos y agendas hechos a mano con papel, cola, hilo y, sobre todo, tela y mucho amor. 'Trapitos al Sol', en manos de Flo Garriga, da una segunda vida a prendas de las que cuesta desprenderse, que forran las tapas de blocs que vale la pena conservar incluso una vez gastados. El vestido de novia se convierte en las cubiertas del álbum de fotos de la boda, la primera bata de un bebé en libretas en las que escribirá cuando crezca. "El proyecto comenzó como una fusión entre la encuadernación artesanal y el reciclaje textil, ya que venía admirando el diseño de las prendas antiguas y tenía una pequeña colección", explica esta arquitecta que puso en marcha 'Trapitos al Sol' en 2011, durante "un recreo forzoso" en el despacho en que trabajaba.
A día de hoy, 'Trapitos al Sol' también ofrece talleres de encuadernación en diferentes técnicas –de la japonesa a la belga o la técnica copto, del antiguo Egipto– y ha ampliado la procedencia de sus telas. Pero la manera de hacer los cuadernos permanece inalterable. "Yo misma escojo cuidadosamente tanto la tela como el papel que utilizo para cada cuaderno, trabajando con proveedores e imprentas locales o de proximidad y estando yo misma presente en la mayor cantidad de etapas de la producción de cada uno", defiende Garriga. Cuadernos pensados para perdurar, que pueden encontrarse en su taller del barrio de Sant Antoni y en ferias artesanales.
Desde hace casi ocho años, este establecimiento se ha ganado un nombre en el barrio de Gracia con la decoración vintage y la restauración de muebles como emblema. "Tenemos la filosofía de no gastar más energía, economía ni producto nuevo, sino remodelar: reciclamos y upciclamos, que es dar a un mueble antiguo un nuevo uso", cuenta Gemma Cubilà, fundadora de 'Fulanitu i Menganita'. Gracias al upcycling, columpios de niño se convierten en sofás para adultos, butacas de cine viven una segunda vida en los salones de las casas, y mesas de máquina de coser pasan a ser mesas a secas. La tienda tiene también una interesante colección de lámparas de diseño, todas con etiqueta FSC (Forest Stewardship Council), que garantiza que la madera y el papel con el que están hechas son reciclados y no han supuesto el menoscabo de los bosques.
'Fulanitu i Menganita' completa su catálogo con eclécticos objetos decorativos, desde pomos de puerta hechos a mano, a boles y platos de cerámica, espejos o diferentes artículos de bambú y otras fibras naturales. En los últimos tiempos ofrece talleres de feng shui, en los que da la claves de decoración y distribución de mobiliario para que en tu hogar o tu negocio se respire la energía positiva y la armonía.
"Mi madre puso el primer par de alpargatas de esta tienda, era más que una empleada, como una hija para la señora Oliver", recuerda Joan Carles Tasies, al frente de este establecimiento que oficialmente abrió sus puertas en 1940. En plena posguerra, Joan Oliver compró lo que ya era una alpargatería, con la idea "de hacer evolucionar la típica espardenya, hacerla más a la moda, de fantasía, crear un calzado que la gente quisiera llevar más ampliamente, no solo para trabajar o ir al campo", cuenta Joan Tasies. A la señora Emilia Oliver se le ocurrió poner cuña a las alpargatas y alegrarlas con bordados y colores vivos.
Una creatividad que 'La Manual Alpargatera' alimenta año tras año desde entonces, trabajando con variedad de tejidos que llegan incluso de África, Japón, India y Bangladesh, aunque lo más habitual sea el algodón y, en segundo término, la rafia y la seda. 'La Manual Alpargatera' también innova en los diseños: de la clásica alpargata catalana o valenciana a la colección Barcelona Mola, con estampados que van desde la flor emblemática de los adoquines de Barcelona a crucigramas y poemas.
"Hoy somos el único taller que hace las alpargatas de forma artesana en Barcelona", presume Joan Carles Tassies. Aunque han ido evolucionando a tenor de los tiempos y han sustituido, por ejemplo, el cáñamo por el yute en las suelas, su forma de trabajar se mantiene fiel a ochenta años de oficio. Entre sus clientes, los Mossos d’Esquadra, que tienen las espardenyas como calzado de su uniforme de gala. "Nos agradecieron mucho que les pusiésemos una goma en la suela, antes se les empapaba cuando llovía, nos mandaron una fotografía en la Generalitat", cuenta el propietario de 'La Manual Alpargatera'. Según destaca, este año tienen el honor de haber sido elegidos por el MuCem (Museo de las civilizaciones de Europa y del Mediterráneo), museo nacional francés con sede en Marsella, como una de las cinco empresas artesanas de toda Europa que estarán presentes en un evento que organizarán en primavera.
Fotógrafa como primera profesión, la cerámica empezó "como un vehículo para imprimir imágenes, la utilizaba como si fuera un lienzo", confiesa Ima Garmendia. A día de hoy, se considera ceramista y la fotografía se limita a algún encargo puntual. Sus delicadas vajillas han seducido a restaurantes como 'Llisa Negra' (en Valencia, de Quique Dacosta), 'Bona Espina', en Formentera; o el asiático 'Koh', en Barcelona. También a particulares que caen rendidos al encanto de piezas únicas, de una elegante sobriedad, con diseños inspirados en la naturaleza.
"No uso torno y en consecuencia las formas no quedan redondas exactas, la mayor belleza está en la naturaleza, donde nada es igual", reflexiona. Motivos como árboles, flores o medusas pueblan sus platos, boles y vasos, en ocasiones acompañados de poemas. Entre sus creaciones más atrevidas, una colección en negro sobre la que contrastan composiciones de blancos helechos. 'Adarbakar' vende sus diseños online, en su taller que abre bajo cita previa y en tiendas de Barcelona ('Ici et la', 'Unusual Store' y 'Matiz') y San Sebastián ('Workshop').
Primorosos muebles a medida de materiales nobles (pino, roble, mármol, hierro, etcétera) en base a sus modelos o a peticiones por encargo. Es lo que puede encontrarse en 'Amato Sole', que empezó su trayectoria en 2010, primero en una vieja fábrica de bombillas del Raval y ahora en Gracia. Es el proyecto de una arquitecta restauradora siciliana, Anna Maria Amato, y de Ramón Solé, un diseñador industrial catalán, que unieron sus apellidos ("Amado Sol" es la traducción del establecimiento) y trayectorias para dar vida a muebles funcionales y elegantes. "Nuestro estilo es ecléctico, minimalista, de líneas puras", explica Solé, que aporta soluciones técnicas para piezas con personalidad pensadas para durar y convertirse en clásicos.
Las creaciones de 'Amato Sole' parten de cero o se materializan a partir de viejos muebles restaurados o algunas de sus partes. La firma también lleva a cabo proyectos de interiorismo para diferentes negocios, en especial restaurantes. Llevan su sello las acogedoras salas de 'Suculent' (1 Sol Guía Repsol), 'Garbo' y 'Tapeo' en Barcelona y también han fabricado mesas y bancos para las terrazas del bar y el restaurante del mercado hippie de Las Dalias, en Ibiza.
Juguetes que funcionan sin pilas, diseñados y fabricados en Cataluña, para niños de 3 a 103 años. Bajo la máxima de "imaginación al poder", 'Londji' despliega un seductor catálogo de juguetes de madera, títeres, peonzas, calidoscopios y puzles en su establecimiento del Born, acogedor y luminoso. "Son juguetes como aquellos con los que jugaron nuestros padres y abuelos, reinterpretados desde nuestra óptica, aportando una pizca de innovación y a la vez cuidando muchísimo todos los detalles", explica Ingrid Valls, portavoz de la firma.
Un equipo de 30 personas diseña y fabrica los juguetes de 'Londji' en sus instalaciones de Banyoles (Girona): papel, cartón reciclado y madera que suministran los proveedores de la zona son los materiales predominantes. "Al final obtenemos unos juguetes de calidad, que no han viajado miles de kilómetros para llegar hasta la tienda y que respetan las condiciones de trabajo del equipo. Nuestra intención es diseñar y fabricar en nuestro país juguetes de calidad que tengan como base el juego de siempre", añade Ingrid Valls. La marca también ofrece la posibilidad de crear artículos personalizados a medida del cliente, una línea denominada Atelier de Londji, que le ha llevado a colaborar con museos como la Fundación Miró, el Reina Sofía o el museo Museo Thyssen-Bornemisza y jugar –nunca mejor dicho– con obras de artistas como Miró, Picasso o Van Gogh.