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Asientos con la forma de los quesitos del Trivial, una mesa que recuerda el mando de una consola o una carta dividida por niveles y repleta de guiños al Super Mario, por ejemplo, son algunos de los atractivos con los que juega 'Oh My Game' para atraer a gamers aficionados, jugones o, simplemente, nostálgicos de otros tiempos. Y todo ello, en la calle Luchana, donde acaba de abrir este curioso bar que promete, además, convertirse en el nuevo paraíso madrileño para los fans de los eSports, es decir, de las competiciones profesionales de videojuegos.
El caso es que, en efecto, se trata de un bar ambientado y dedicado a los videojuegos, aunque no como en los recreativos de los años 90, ya que no hay maquinitas como aquellas. El concepto de 'Oh My Game' es otro. Aquí se juega en videoconsolas y ordenadores, así que, puestos a buscar parecidos razonables, casi estaría más cerca de los antiguos cibercafés. Eso sí, mucho más a lo grande, mucho más interactivo, mucho más moderno y, por supuesto, mucho más molón.
Detrás del proyecto están dos jóvenes, adictos al mundillo gamer de toda la vida, a los que siempre les había rondado la idea de montar un negocio de este estilo y que, finalmente, se lanzaron a la piscina cuando vieron que los eSports empezaban a cobrar fuerza. Según Álvaro Aspas, uno de ellos, 'Oh My Game' es algo así como "un centro de ocio alternativo y muy completo, ya que se puede jugar, se puede comer o tomar algo en las mesas y también se pueden ver partidas". Sí, verlas. "Hace ya unos años se puso de moda el videojuego competitivo, que se juega en equipo y en el que cada jugador tiene un rol, hay individualidades… Y, claro, ¡son bonitos de ver! De hecho, las competiciones profesionales son, hoy en día, un fenómeno de masas, que mueve millones, que se vive muchísimo y que llena, incluso, estadios por todo el mundo, igual que el fútbol", explica.
De ahí la aparición de sitios como este, al que los aficionados pueden ir para estar en su salsa y ver en directo la retransmisión de los mejores torneos nacionales e internacionales de los eSports más seguidos: Overwatch, Counter Strike, Heroes of the Storm, Clash Royale o, cómo no, League of Legends, "el fútbol de los deportes electrónicos". Y no en una única pantalla, sino en las más de 20 que hay repartidas por las dos plantas del local, por aquello de tener siempre buen ángulo de visión y no perder ripio de la jugada de turno.
A pesar de existir locales de eSports centrados solo en retransmisiones, en 'Oh My Game' también es posible jugar. "Aunque nuestros ordenadores son potentes, la gente no viene por eso, sino porque mola más jugar con tus colegas, que tú solo en tu cuarto. Sí, los frikis no estamos en una cueva, ¡también nos gusta socializar!", bromea Álvaro. Pensando en eso, idearon la zona de leaving room, con pufs y sillones en los que siempre ves a alguien echando un FIFA, un Mario Kart o un Call of Duty como si estuviese en el salón de casa.
"Aquí tenemos los juegos más sociales, los de echarte unas risas con amigos. Y abajo, en la play room o sala de PCs, están los de competir", añade, con sus súper sillas, sus auriculares, sus luces bajas y sus leds de colores, para meterte en el papel y viciarte a gusto al Counter Strike, al Overwatch, al League of Legends… Como todos estos juegos son online y funcionan por cuentas, cada uno se registra con la suya, o se crea una sobre la marcha, y ¡a jugar! (precio: 1,50-2 € la hora). Si tú eres más de clásicos, que sepas que también tienen un atril con mandos para marcarte un remember al Pang, al Tetris o a otros mitiquísimos del arcade. En este caso, gratis.
"Tenemos opciones para públicos muy distintos, de hecho, a 'Oh My Game' no solo vienen gamers, sino también gente a la que le gusta el anime, el rol… Aquí se sienten como en casa. Por cierto, aunque la mayoría sigue siendo masculina, vienen más chicas de lo que se pueda pensar", comenta Álvaro. Teniendo en cuenta que el ambiente es muy informal y que la mayoría de los parroquianos que se ve por allí son jóvenes que andan entre los veintimuypocos y los taitantos (los menores de 16 solo pueden ir con adultos, ojo), las opciones de manduca pasan por platos sencillos pero resultones, que pegan con el lugar y que suelen gustar a la mayoría. "En esto no nos complicamos y escogimos lo mejor de casa: smoothies, cócteles, frappés, hamburguesas, perritos, nachos o las patatas con beicon y queso, que parecen adictivas porque es lo que pide todo el mundo", apunta Álvaro –¡y damos fe!–.
Él incide en que su objetivo al montar este lugar era, sobre todo, democratizar los eSports y hacer un sitio generalista, pensado para que cualquiera pueda ir y divertirse. Y debe de ser por eso que no paran de organizar saraos, desde los torneos de los miércoles y los sábados, dirigidos a los más pro, hasta otros para todos los públicos, como los domingos de juegos de mesa o las noches de karaoke y Trivial de los viernes. "¡El tema es pasarlo bien!", insiste Álvaro, algo que parecen estar logrando, teniendo en cuenta que este espacio es una réplica de otro que tienen en la zona universitaria de Valencia desde hace ya dos años, y que ya está en marcha otro en Bilbao, que abrirá en abril (calle Egaña). Pues eso, ¿hace una partidita?
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