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Bajo la coronación, la “Dormición de la Virgen” y la inscripción de Domingo Peláez, autor de la primera policromía.

Colegiata de Santa María la Mayor de Toro (Zamora)

La Colegiata de Toro, un lugar para entender el arte con los tuyos

Actualizado: 13/02/2025

Fotografía: Alfredo Cáliz

Si no puedes ir a París a visitar Notre-Dame, vete a la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro. Te harás bastante idea de lo que es el gótico francés y su influencia en España. El Pórtico de la Majestad del templo de esta localidad zamorana es abrumador por su belleza. Y también un lugar increíble para enseñar a los tuyos -esos hijos y amigos que se aburren con el arte- cómo se aprendía historia de la religión en formato cómic, cuando la mayoría de los fieles no sabían leer ni escribir.
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Esta Colegiata te aguarda con una portada que mantiene parte del color original, lo que da la imagen de coloridas viñetas si las miras despacio. Es una obra que retrata la esperanza y el miedo vestidos de belleza. Te proponemos que para enganchar al personal, vayas directamente a esa Portada o Pórtico de la Majestad colorido, donde descubrieron que había resistido el original cuando comenzó su restauración, de 1987 a 1998. No duró tanto como su construcción, entre los siglos XII y XIII, pero duró.

La colegiata mirando al Duero, a sus pies.
La colegiata mirando al Duero, a sus pies.

Si quieres ganar la atención de los tuyos, comienza por la última arquivolta, donde se representa el Juicio Final sobre nuestros pecados y lo que supone para quienes van al Purgatorio. Los sufrimientos de los pecadores dan para pensárselo por su realismo y lo que les hacen los demonios. Va más allá de cocerlos en las calderas de Pedro Botero. Los pecados capitales están representados, lo que hace de este juicio final algo especial. Ahorcados, retorcidos entre las llamas y mucho más.

De izda a dcha, el rey Salomón, ángel músico y columna de la Virgen, similar a la Puerta de la Virgen de Notre-Dame.
De izda a dcha, el rey Salomón, ángel músico y columna de la Virgen, similar a la Puerta de la Virgen de Notre-Dame.

Por contra, enfrente, en la misma arquivolta superior, se ven las ventajas de ser bueno. Resucitas y un ángel te conduce hasta Jesús Juez, de quien sobresale su cabeza en la arquivolta vegetal. Las imágenes de estos justos frente a los impíos son la clara representación del Bien y el Mal, no hacía falta saber leer ni escribir. Las tallas te lo contaban todo.

El Pórtico de la Majestad es de los más explícitos ante el Juicio Final y los pecadores.
El Pórtico de la Majestad es de los más explícitos ante el Juicio Final y los pecadores.

El Pórtico de la Majestad es del siglo XIII, cuando reinaban Sancho IV de Castilla y María de Molina, una mujer a quién le costó que el Papa y la familia de Sancho (hijo de Alfonso X) le reconocieran su legitimidad, a ella y a sus hijos. Con arrestos, se fue imponiendo. En Toro nació su hija mayor, Isabel de Castilla (no confundir con la otra Isabel, se llevaban más de un siglo y medio).

Capitel del burro, con el leñador y el cantero tirando.
Capitel del burro, con el leñador y el cantero tirando.
Detalle de otro de los ángeles del Pórtico de la Majestad.
Detalle de otro de los ángeles del Pórtico de la Majestad.

Cuando ya creas que tu público se ha cansado, apuesta por el capitel de la columna de la izquierda, donde dos personas se pelean por mover un burro. El uno tira del animal cargado de leña por la cabeza y el otro, por el rabo. Dicen que el burro se atolló en el barro y el leñador y un cantero de la catedral intentaron sacarlo, pero no poniéndose de acuerdo en que dirección tirar. El pobre burro perdió el rabo pero pasó a la posteridad de la villa de Toro como protagonista de la leyenda de “El burro rabón”. A saber, pero sirve para reparar en el capitel y sus historias.

Los resucitados, acompañados por ángeles, caminan hacia Jesús Juez.
Los resucitados, acompañados por ángeles, caminan hacia Jesús Juez.

El Pórtico de la Majestad estaba protegido desde el siglo XIX, cuando la capilla del techo se derrumbó. Se volvió a abrir al inicio de los años 40, con lo que el deterioro continuó. Pero la policromía original se conservó bajo seis capas de pintura de siglos. Al limpiar y restaurar comprobaron que se podía mantener bastante del original. Si dais un paso atrás para tener un poco de perspectiva, sobre el tímpano donde se corona a la Virgen se pueden ver las siete arquivoltas. Solo imaginar el trabajo de los canteros y maestros, más los años que duró su elaboración, da vértigo.

La policromía ha sobrevivido bajo capas de pintura.
La policromía ha sobrevivido bajo capas de pintura.

La última arquivolta es la mencionada del Juicio Final, ahora bajad la vista a la primera. Observaréis el coro de ángeles; por encima, los mártires de la iglesia cristiana; en la tercera, hay representantes de la iglesia, luego les siguen santas y mártires; y los antepenúltimos son los músicos coronados. Pero para hablar de los músicos, mejor vamos a la Portada Norte también del Juicio Final, sin policromía pero una pasada.

Bajo la coronación, la “Dormición de la Virgen” y la inscripción de Domingo Peláez, autor de la primera policromía.
Bajo la coronación, la “Dormición de la Virgen” y la inscripción de Domingo Peláez, autor de la primera policromía.
Arriba, un Jesús sobresaliente de las arquivoltas interpreta su papel de juez.
Arriba, un Jesús sobresaliente de las arquivoltas interpreta su papel de juez.

En la Portada Norte, que se puede observar en cualquier momento del día sin estar sometida a horarios, muestra la iconografía más rica e interesante del románico castellano y sus antecedentes están en el románico francés, cuentan los expertos. Tiene cuatro arquivoltas muy historiadas que se apoyan en columnas de tres. Por encima de la arquivolta vegetal, en la última, hay que fijarse. Están los viejos músicos y sus instrumentos increíbles. Son los 24 ancianos del Apocalipsis. No tienen todos los instrumentos, pero adivina cuál es la fídula, el salterio y el organistrum.

Los ángeles en la Portada Norte, la del Juicio Final.
Los ángeles en la Portada Norte, la del Juicio Final.

Si te gusta preparar las visitas, en la página de la colegiata de Toro y en sus guías impresas se puede ver una recreación virtual de lo que fue esta puerta con color. Es asombroso. Las figuras de esta portada permiten pensar que son obra de algún seguidor del taller del Maestro Mateo de Compostela.

Portada del Juicio Final. Merece la pena dedicar varios minutos. O varias horas.
Portada del Juicio Final. Merece la pena dedicar varios minutos. O varias horas.

Los 24 ancianos aparecen en el libro del Apocalipsis y según la tradición, simbolizan el pueblo redimido por Dios. Se piensa que al ser 24, 12 representan a las 12 tribus de Israel y los otros 12 a los apóstoles del Nuevo Testamento. Pero el Apocalipsis es un libro que puede ser interpretado de diferentes formas y Juan, el apóstol al que se atribuye su autoría, deja bastante libertad a la imaginación del creyente en sus particulares visiones del fin del mundo.

Parte de los 24 ancianos músicos y sus instrumentos, algunos de cuyos nombres ya no se conocen popularmente.
Parte de los 24 ancianos músicos y sus instrumentos, algunos de cuyos nombres ya no se conocen popularmente.

A su espalda, la Colegiata de Toro observa al río Duero y la vega de la ciudad. Está levantada sobre una iglesia mozárabe, porque está claro que los servidores de la iglesia, ya sean monjes o sacerdotes, saben escoger lugares privilegiados para sus casas de religión. Ya desde sus inicios, en 1170, se pensó como colegiata. Su construcción coincide con la separación de León y Castilla, lo que concedió a Toro una importancia grande como zona que limitaba con ambos reinos.

Cimborrio de la Colegiata de Toro, mayor que los de Zamora y Salamanca.
Cimborrio de la Colegiata de Toro, mayor que los de Zamora y Salamanca.

En el exterior, además de la Puerta del Juicio Final merece la pena levantar la cabeza hacia el cimborrio, mayor y más decorado que los de la catedral de Zamora y de Salamanca. Las cuatro torrecillas de doble piso, el segundo adornado con bolas y arquillos ciegos. Vamos, que está ricamente ornamentado y se mantiene bien, pese a la humedad del río.

Otras joyas de la colegiata

Hay que entrar en la sacristía y Museo Parroquial. Allí, la virgen de la mosca es el nombre popular de esta tabla, cuyo título oficial es la Sagrada Familia con Santa María Magdalena y Santa Catalina. Es una belleza de cuadro y puedes jugar con los tuyos a encontrar la mosca (está en el manto rojo de la virgen, a la altura de la rodilla). Si amas la pintura flamenca, vas a reconocer la influencia. Está atribuido a un pintor de la escuela de Brujas, según la guía oficial de la colegiata.

Cuadro 'La Virgen de la mosca'.
Cuadro 'La Virgen de la mosca'.

El maestro es conocido como “Maestro de la Santa Sangre”, que vivió en la primera parte del siglo XVI, en el momento del paso del gótico al Renacimiento. Los rostros de las tres mujeres -Santa María Magdalena, la Virgen y Santa Catalina- sus manos -la virgen ofrece una pera a la Magdalena- ya son tan flamencos… Y cuentan que el rostro de Santa Catalina podría ser el de Isabel la Católica.

Detalle del calvario de marfil y carey.
Detalle del calvario de marfil y carey.

Si te gustan las miniaturas en el arte, para en el Calvario de la sacristía. Es una pieza de marfil y carey sobre alma de madera, datado en la segunda mitad del siglo XVIII. Debajo de Cristo crucificado y a sus pies, la Virgen y San Juan, la puerta del sagrario, con 13 medallones donde se explican los episodios de la Pasión de Cristo. El detalle de las miniaturas es increíble.

La grandeza de las naves y el barroco impactan.
La grandeza de las naves y el barroco impactan.

Por último, tuerce un rato el cuello hacia las cruces interiores de las cúpulas del cimborrio y las naves; para en los altares barrocos, deja que los tuyos se expandan por el templo y su grandeza. No mucha gente de la que pasa por Toro -a menudo cuya principal atracción es la denominación de origen de su magnífico vino- echa un buen vistazo a las estatuas del templo central. Están policromadas y su expresión, entre el románico y el gótico, es interesante. Busca a la Virgen Preñada, con traje y manto azul. En la base aparece el pecado original.

Altar barroco y la puerta que da a la Vega de Toro en el Duero.
Altar barroco y la puerta que da a la Vega de Toro en el Duero.

Cuando salgas a la calle, es recomendable echar un vistazo de nuevo a la plaza y la vega del Duero, desde donde las nieblas o los rayos de sol reflejados en el río, te despejaran de toda duda. El puente romano, que fue clave en las rutas de Toro desde la etapa del Imperio Romano, se puede ver desde ahí arriba. Es difícil que la visita no haya merecido la pena.

La húmedad que sube del Duero invita a llenar la andorga.
La húmedad que sube del Duero invita a llenar la andorga.

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