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Seguro que ya lo sabes, pero te lo recuerdo por si acaso: no son fechas para correr, mucho menos para tener prisas. Si eres capaz de disfrutar de las dos ruedas, de la compañía y del ambiente que te rodea sin olvidar que hay motos por todas partes (en el circuito, en la ciudad, en la carretera), controles por doquier y, sobre todo, exceso de personas impacientes, te puedo asegurar que saldrás ganando.
En primer lugar, averigua con tiempo (mucho tiempo) dónde vas a alojarte, a no ser que te dé igual dormir en la calle. En segundo lugar, planifica tu ruta porque, aunque sean numerosos los caminos que llevan a Alcañiz (bueno, vale, no tan numerosos), no todos tienen por qué ajustarse a tus necesidades. Yo que tú, evitaría la autopista y tendría en cuenta otros itinerarios que te permitan disfrutar más del camino.
No sabemos si esto es una ley, como la de Murphy, o si por el contrario es una maldición. La cosa es que nunca falla: solo llueve cuando no llevamos el equipo de agua en la maleta y solo se pincha una rueda cuando hemos dejado en casa el kitrepara-neumáticos. Así que hazte un favor, a ti y al resto de las personas que acudan motorizadas al Gran Premio de Aragón: prepárate para la lluvia y para los pinchazos, solo así nos aseguraremos un día de sol radiante y un asfalto sin clavos.
Si vas en grupo, no olvides respetar la distancia de seguridad y mantener la formación en zeta (zig-zag), dos buenas costumbres que te pueden salvar la vida. ¡Ah! Y pasa de los fitipaldis. Son demasiados los dueños de motocicletas que aún no se han dado cuenta de que la carretera no es un circuito.
Levanta el maxilar del casco o quítate las gafas de sol si las llevas puestas. Salvo posibles multas por exceso de velocidad, lo más habitual es que te detengan al azar, sin más motivo que comprobar que lo llevas todo en regla, así que, si eres amable y colaboras, antes podrás regresar a las curvas. Y no olvides nunca (nunca, nunca, nunca…) que los hombrecitos verdes también te vigilan desde el cielo. Respeta siempre las normas de circulación.
Una vez en el circuito o en los alrededores, no olvides asegurar tu montura con pinzas de disco o candados. Y si vas en grupo, ata tu moto a la de tus compañeros. Por internet son numerosos los artículos (algunos de ellos en webs serias) sobre la cantidad de motos que se roban en España. Hay quienes dicen que una moto cada 12 minutos, otros, en cambio, comentan que cada ocho.
Al parecer, todos se basan en fuentes del Ministerio del Interior. Yo no he encontrado esas fuentes, pero por si acaso siempre llevo encima algún sistema de seguridad. Vale que no son infalibles, pero si tu moto está protegida, es muy probable que los amigos de lo ajeno que se acerquen a ella con malas intenciones cambien de víctima por pura pereza a romper un candado o por miedo a que salte una alarma.
Nadie lo puede negar. Durante el fin de semana del Gran Premio de Aragón, todas las zonas con ambiente motero en Alcañiz se sumergen en un océano de caos humano. Oleadas de personas ocupan calles, plazas, tiendas y terrazas. Quizá sea uno de los mayores encantos del fin de semana: la pasión por las motos impregnándolo todo.
Visitas los puestos ambulantes y te compras algún capricho, incluso paseas entre las motos, admirando marcas, modelos y customizaciones. Hasta que, de pronto, te das cuenta de que son las tres y tus tripas rugen. ¡Ay, alma cándida! Te has dejado envenenar por la magia de Alcañiz, mientras el resto de los mortales está llenándose la panza y ocupando todas las mesas de todos los restaurantes, bares, cafeterías, heladerías… ¿Cómo puedes evitarlo? Pues muy fácil: almuerza y cena temprano, picotea a deshora y disfruta del ambiente cuando los demás andan, hambrientos y desesperados, buscando un hueco para llenar sus estómagos.
No solo hay océanos de gente, también hay mares de motos, así que si no quieres tirarte dos horas buscando tu montura, más te vale guardar referencias que te ayuden a localizarla después. Puedes fijarte en edificios, postes o cualquier detalle que vaya a permanecer en el mismo lugar al cabo de las horas. Si no confías en tu memoria, siempre tienes como opción hacer varias fotos. Y si no es la primera vez que pierdes la moto, quizá sea buena idea que uses el móvil para guardar las coordenadas geográficas.
Si no quieres pasar horas en un atasco el domingo por la tarde, te proponemos dos opciones. La primera, y menos atractiva, es que salgas pitando antes de que acabe la última carrera para abandonar el circuito antes que nadie. La segunda va más acorde con nuestro primer consejo: olvídate de las prisas.
Cuando todo acabe, puedes dedicar un rato a pasear por los alrededores de la pista disfrutando de un circuito que, poco a poco, se va quedando vacío. También puedes ir a contracorriente. Mientras todo el mundo ocupa el ancho y largo de la carretera en dirección al resto de España, tú puedes aprovechar el par de horas de colapso para conocer el Castillo de la Orden de Calatrava, darte un baño en el embalse de La Estanca o realizar alguna de las rutas moteras por la comarca para conocer el Bajo Aragón.
Es cierto, esto no es un consejo. No hay nada más auténtico y especial para un amante del mundo de la moto que saludar con los dedos en V a todo aquel que, como nosotros, decidió un día pasar a formar parte de esta gran familia.
¡Que disfrutes del GP de Aragón!