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Estamos acostumbrados a ir a las piscinas urbanas a echar el día mientras nos alejamos del calor y del ruido pero, también podemos ir a aprender submarinismo, un deporte con muchos adeptos que, además de permitirnos descubrir los lugares a los que viajamos desde otra perspectiva, nos aporta grandes beneficios físicos como mejorar la capacidad pulmonar, fortalecer los músculos y reducir el estrés y la ansiedad.
Las escuelas de buceo en piscinas han ganado popularidad en los últimos años gracias a sus múltiples ventajas. Principalmente porque brindan la oportunidad de aprender en un entorno controlado, donde los instructores pueden supervisar de cerca a los alumnos y garantizar su seguridad. Además, las piscinas eliminan los factores externos que pueden complicar el aprendizaje en aguas abiertas como las corrientes, las olas o la mala visibilidad. De esta manera, los estudiantes pueden enfocarse en dominar las técnicas básicas del buceo sin distracciones, construyendo confianza y habilidades a su propio ritmo. También es más cómodo y económico porque no hay que preocuparse de organizar viajes o estar pendientes de la climatología.
A la escuela de 'Oceania' llegan tres tipos de personas a interesarse: “Por un lado vienen los que lo ven como un pasatiempo de una tarde -muchos preguntan por bautizos en piscina, como el que va a probar un rockódromo o una actividad de túnel de viento, o una cata de vinos- y que no tienen intención real de seguir con la actividad; por otro, acuden los que tienen mucho interés en bucear porque hacen snorkel habitualmente y les encanta, o simplemente lo han visto en documentales o donde veranean y les interesa mucho; y por último, vienen los que ya son buceadores y están interesados en sumergirse con gente de confianza, hacer un grupo de amigos que compartan la pasión”.
Juanma Sánchez Plaza es copropietario, junto a Arturo Ruiz López, de 'Oceania', un destacado centro de buceo en Madrid donde, además de impartir cursos de diferentes niveles, cuentan con un club donde los socios comparten experiencias y, de vez en cuando, proponen una salida al mar que se organiza con una agencia de viajes o son los propios miembros del club los que se buscan el medio de transporte y la estancia que mejor les conviene. “Siempre se ha dicho que Madrid es la región de España con más buzos federados a pesar de no tener mar cerca -comenta Juanma-. Según nuestra experiencia, y excluyendo al primer tipo de 'buceo para añadir un carnet a la colección de actividades', aproximadamente la mitad de los que hacen el curso con nosotros luego continúan con la actividad como una gran pasión”.
Existen diversos cursos en 'Oceania' pero, para los que quieran iniciarse en el buceo recreativo de una forma muy completa el mejor es el Open Water en PADI. “Nosotros trabajamos con PADI, que es la certificadora número uno en el mundo; aunque hay otras, casi todas tienen unos estándares similares que suelen incluir una parte de teoría, otra parte de 'aguas confinadas', y otra de 'aguas abiertas'. Aguas confinadas implica piscina o el mar pero en un entorno sencillo, con poca profundidad, sin corrientes y demás, para luego acabar en el entorno de aguas abiertas superadas las fases anteriores, que ya implican salidas al mar como en una inmersión habitual de cualquier buzo titulado”.
Si se quieren superar los 18 metros de profundidad, entrar en pecios y, en general, avanzar en capacidades, se continúa con el grado de Avanzado. “Posteriormente está el curso de rescate o Rescue, que te aporta habilidades adicionales fundamentalmente de seguridad para ti y para tus compañeros (primeros auxilios, técnicas de rescate, etc.), y a partir de aquí ya puedes avanzar hacia Dive Master, que es el primer título capacita para dedicarse profesionalmente. Luego ya puede uno plantearse el título de instructor -enumera Juanma-. En paralelo hay otras opciones que te llevan al mundo del buceo técnico, o el buceo profesional, pero eso ya son mundos muy diferentes”.
En los cursos de iniciación se aprenden muchos conceptos físicos como los efectos de la presión o de los gases que respiramos en el cuerpo, pero también se dan pinceladas de biología marina, de equipos y técnicas diferentes… "Para nosotros es importante centrarnos en cualquiera de estos conceptos orientándolos a la seguridad, a que el buceo es un deporte de equipo, que si aprendes adecuadamente a practicarlo no tiene más riesgo que el que te guste demasiado, pero que para ello tienes que tener esa base previa, de respeto a los límites, al medio en el que te sumerges, a la vida que te rodea, a los compañeros con los que lo practicas… y a partir de ahí echarle 'horas de vuelo' ya que la experiencia es lo que realmente fabrica buenos buceadores”.
Como aseguraba anteriormente Juanma, el buceo es un deporte de equipo. “En España es obligatorio bucear como mínimo en pareja, por lo que si vas sólo a un centro de buceo te tienen que asignar un compañero de buceo. Pero para nosotros incluso esto no es adecuado porque la pareja que te asignan puede ser un buceador de los que pasa olímpicamente del resto, o te puede tocar una pareja adecuada pero que el resto del grupo no respete los límites o simplemente, al ser desconocidos, no se preocupen por nada más allá de seguir al guía. Para nosotros, el culmen del buceo se consigue cuando tienes un grupo de personas de confianza a tu alrededor, con quienes al entrar en el agua ya sabes que todo va a ir bien porque ya hay unos protocolos previos que todos habéis cumplido, hay una comunicación bajo el agua fluida -que no es fácil en un entorno en el que no se puede hablar- y hay unos comportamientos iguales antes distintas situaciones, porque todos han aprendido de la misma manera y reaccionan y ‘fluyen’ en el agua de forma similar”.
Los "errores de principiante" también existen en el submarinismo y la mayoría se deben al exceso de confianza. "Eso te lleva a no chequear tu equipo antes de la inmersión, a no conocer a tu compañero antes de tirarte al agua, a superar tus límites de profundidad, o de límite de aire o descompresión, por ejemplo. Cualquiera de estos errores indican lo mismo: una base inadecuada, o bien por falta de interés al hacer el curso (‘yo solo quiero el carnet para ir al agua, pero no me he enterado de nada durante el curso’), o bien por carencias de los propios instructores que por prisas, exceso de alumnos, falta de tiempo, o de experiencia, no han incidido suficiente en los puntos clave para formar un buceador seguro".
Por ese motivo, antes que nada, es necesario seleccionar bien la escuela donde aprender. “Igual que no irías a ‘probar’ el paracaidismo con un amiguete que simplemente tiene el equipo necesario, no tiene sentido arriesgarse a ‘probar’ el buceo (y mucho menos iniciarte en él con intención de hacerlo habitualmente) con alguien con poca experiencia o incluso sin la titulación adecuada. Hay instructores serios pero también hay mucho freelance con el título pero sin experiencia, o sin una sede, o sin equipos propios que alquilan todo y te dan el curso, o incluso escuelas donde el curso te lo da un ‘dive master’ (el título luego lo firma un instructor, pero tu profesor no lo era), o haces el curso en dos días, o con otros diez alumnos al mismo tiempo… En nuestros 20 años de experiencia hemos visto de todo, por desgracia estos ejemplos abundan”.
El curso Open Water se inicia en la piscina de sus instalaciones madrileñas y se remata con una salida de fin de semana al mar, en La Azohía (Mazarrón). Es la prueba de fuego. El momento en el que todos los conocimientos adquiridos se ponen en práctica. Pero también afloran inquietudes y miedos. “Algunos llegan preguntándose si van a ser capaces de respirar por un regulador, algo que casi siempre se les pasa en los primeros diez minutos en la piscina, o si van a ser capaces de aprender a flotar correctamente. Son inseguridades muy básicas, con lo que volvemos a la necesidad de que los instructores tengan la experiencia adecuada. Otros te dicen que no saben si son ya demasiado mayores para empezar, o si van a tener la forma física adecuada… pero una vez hecho el curso, a menudo nos trasladan otro tipo de miedo, al notar el 'enganche' que supone, o plantearse si van a tener los recursos o los días de vacaciones suficientes para seguir dedicándose a bucear todo lo que les apetece”.
Los perfiles de alumnos que acuden a 'Oceania' son muy diversos, igual que de edad y de condición física. “Aunque con la aprobación de la Ley del Buceo de 2020 se eliminó la obligatoriedad de un reconocimiento médico (es suficiente con una declaración responsable) nosotros seguimos recomendando a nuestros alumnos que se la hagan y a ser posible, con un médico hiperbárico”. Normalmente eso sólo sirve para quedarse tranquilos.
“Entre nuestros buceadores habituales tenemos gente de entre 16 y 70 años, con formas físicas muy diferentes e incluso con achaques que les pueden suponer una cierta reducción de movilidad en superficie pero que luego se sienten libres de cargas durante una inmersión y se convierten en pura agilidad con flotabilidad neutra. También es un deporte muy recomendado como actividad 'de evasión'; muchos de nuestros amigos del club son personas super ocupadas en sus vidas, con niveles altos de estrés o ansiedad, a los que les cambia la cara cuando se pueden escapar un fin de semana a bucear”.
En España tenemos la suerte de tener muchos kilómetros de costa y se puede bucear prácticamente en cualquier parte. “Obviamente hay zonas más interesantes que otras o con condiciones más cómodas que otras. En el norte puede hacer algo más de frío y normalmente tener peor visibilidad, pero hay un 'buceo de roqueo' muy interesante… y en la costa mediterránea, fuera de las zonas de playas donde exclusivamente hay arena, casi en cada zona de arrecife va a haber vida interesante, aunque cada vez es más necesario irse a alguna de las reservas marinas que hay por la costa dado que en algunos lugares el exceso de pesca está vaciando áreas que anteriormente eran muy interesantes. Pero si tuviera que elegir, por cantidad de zonas y de vida, me quedaría con Canarias”.
Eso sí, mejor evitar el invierno principalmente por la salida al mar obligatoria. “Intentamos evitar los meses de diciembre a abril porque la temperatura del agua es excesivamente fría. Hay gente a la que no le importa o ni lo nota a veces con los nervios del curso, pero es mucho más agradable hacer las inmersiones cuando el agua ya está algo más templada, a partir de mayo y sobre todo después de verano (septiembre, octubre, y a veces hasta noviembre), que es cuando el agua está en su temperatura óptima después de todo el verano calentándose con el sol”.
El buceo tiene fama de ser un deporte no apto para todos los bolsillos. “No es barato, pero desde luego tampoco es prohibitivo, ni reservado a una élite -dice Juanma-. El curso inicial suele estar en torno a los 400 euros, pero luego las inmersiones suelen ser entre 40 y 50 euros, aunque el nivel de gasto obviamente depende de factores como si el acceso al mar está cerca o hay que viajar, pagar alojamiento y demás. También influye si tienes equipo propio o debes alquilarlo… Se podría equiparar al esquí, incluyendo el factor de la estacionalidad, ya que tampoco lo puedes practicar todo el año”. A no ser que se opte por destinos como Maldivas, Indonesia o Filipinas, por ejemplo. “Allí lo puedes practicar todo el año e indica que ya estás perdidamente enamorado del buceo y probablemente acabarás dedicando todas tus vacaciones, y buena parte de tus ahorros, a tu nueva pasión como nos ha pasado a muchos”.
Juanma finaliza dando unos importantes consejos para aquellos que salen a descubrir los fondos marinos de las costas españolas. “Es esencial informarse bien y seleccionar a tus compañeros o a tus proveedores. Si vas a la costa y te metes en el primer centro de buceo que te encuentras, o el más barato, si luego tienes una mala experiencia te tienes que replantear si no ha sido por una mala elección. Hay muchas formas de informarse de los centros de cada zona que son profesionales, que tienen años de experiencia a sus espaldas, y mejor si lo practicas con amigos y no con desconocidos”. De esta forma disfrutaremos mucho mejor de una actividad sorprendente y adictiva.
'OCEANIA BUCEO'. CDM Enjoy Fabián Roncero, Avda. Séptima, 68. San Blas - Canillejas. Madrid. Tel. 661 97 73 86.
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