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Carmen es percebeira en Baldaio, en la localidad coruñesa de Carballo. Aurora, pulpeira de O Carballiño (Ourense), aunque recorre Galicia de romería en romería. María y Ana, madre e hija, apicultoras en Chantada (Lugo). Ariadna, bombera forestal en Ribadumia (Pontevedra). Lola, cestera en Portomarín (Lugo).
Son solo seis ejemplos de las 42 mujeres que protagonizan Atlánticas, una exposición del fotoperiodista Adrián Baúlde, colaborador de Guía Repsol, que puede visitarse hasta el 5 de noviembre en el Museo do Pobo Galego de Santiago de Compostela. Recorrerla es sinónimo de hacer un viaje por la Galicia Atlántica a través de los oficios de estas mujeres, “auténticos tesoros humanos vivos”.
El origen de este viaje por Galicia se sitúa en el año 2020, en plena pandemia de la covid-19, cuando las mascarillas y las restricciones de circulación marcaban el día a día de la población y Adrián Baúlde empezó a recorrer Galicia en su coche con dos cuerpos de cámara, cuatro ópticas y muchas ganas de adentrarse en el papel de la mujer gallega en el mercado laboral.
Su idea originaria era “buscar oficios que casi siempre los desempeñan hombres y pocas veces mujeres”, buscar a esas mujeres que se adentran en mundos tradicionalmente masculinos y masculinizados. Así llegó a Elena Aramendia, farera que vive en el faro de San Cibrao (Lugo), se encarga también de los de Illa Pancha (Ribadeo) y Punta Roncadoira, y es responsable de los sistemas de ayuda a la navegación en la costa de Lugo.
Elena “vive mirando al mar y velando por la seguridad de los que lo navegan, un camino que marcó su profesión, muy masculinizada”, explica Adrián Baúlde. Y así la retrató, con su ropa de trabajo diario y en su lugar de trabajo. Como el resto de las atlánticas de este fotógrafo cambadés, aparece en esta exposición con un retrato en fondo blanco y en su día a día.
Esa búsqueda de mujeres únicas en trabajos que se nombran en masculino le llevó hasta Cecebre, en la localidad coruñesa de Cambre, donde Saínza Seivane sobrevive como la única mujer lutier de gaitas tradicionales en Galicia. Pionera que “heredó su pasión y destreza con la madera de su abuelo, Xosé Manuel Seivane”, que construyó la primera gaita en 1939, le recibió en su taller y le mostró el buen hacer que también heredó su hermana, la famosa gaitera e instrumentista Susana Seivane.
Esa idea originaria fue evolucionando y horas de planificación, producción y posproducción después, abrió su proyecto a muchas más mujeres, para reflexionar a través de ellas “sobre el papel de la mujer en el mercado laboral” y explorar oficios tradicionales y modernos.
Atlánticas está compuesto de 50 imágenes. El proyecto incluye 27 oficios, pero la necesidad de adaptarse al espacio expositivo dejó fuera a dos de estas protagonistas. Es, desde su inauguración el 30 de junio, un éxito de público y permite explorar oficios tradicionales vinculados a la riqueza del mar, al campo o al trabajo artesano, algunos de ellos en riesgo de desaparecer a causa de la falta de relevo generacional.
Es el caso de la zoqueira Elena Ferro, de Vila de Cruces, (Pontevedra), la tercera generación de una familia especializada en la elaboración de zuecos de madera que se remonta a 1915. Las dos primeras generaciones fueron masculinas, su padre y su abuelo, y en la tercera, su creatividad y apuesta por el diseño, la han convertido en “un referente en Galicia y fuera de nuestras fronteras”.
También de la cestera Lola, de San Xulián, en Portomarín (Lugo), ejerce “un oficio artesanal, de los de toda la vida,” sobre el que pesa el peligro constante de desaparición, pero al que ha sabido darle “aires de modernidad” hasta lograr productos muy valorados por grandes firmas de moda, pero ella nunca ha querido trabajar para ellas porque valora mucho la tranquilidad y esencia de su trabajo artesano.
Las imágenes de esas profesiones tradicionales se entremezclan en Atlánticas con oficios tradicionalmente feminizados como las redeiras -a través de Carmen y Marina, de A Guarda, Pontevedra- y con otros del siglo XXI y con vocación de futuro, destacando, por ejemplo, la medicina o la ingeniería, profesiones en las que las mujeres ocupan cada vez más espacio.
De las paredes cuelgan, por ejemplo, las fotos de Charo, médica del helicóptero 061 de la base de Conxo, en Santiago de Compostela (A Coruña), y la doctora con más años de servicio de toda España, que durante treinta años de vuelos acumula experiencias como el trágico accidente ferroviario de Angrois.
Muchas son pioneras, como la viticultora Ester, de Pincelo, en Chantada (Lugo), toda una precursora de la viticultura ecológica en su bodega de la Ribeira Sacra. “Cuando empezó, los bodegueros le decían que estaba local y a día de hoy muchas bodegas están copiando el modelo”, explica el autor de las fotografías, orgulloso de todas y cada una de sus atlánticas y de la grandeza de unas mujeres que “son capaces de transformar su experiencia cotidiana en resultados extraordinarios”.
Todas acumulan “experiencias vitales inspiradoras” y en la presentación de la exposición, con textos de Patricia Villanueva, explican que “sin su sabiduría, muchos de estos trabajos y los productos artesanos que surgen de sus manos o las tradiciones que representan no perdurarán”.
Recorrer Atlánticas es también viajar por toda Galicia, por sus pueblos y aldeas, de mar y montaña. Por las rocas escarpadas en las que la valiente Carmen lleva toda la vida recogiendo percebes. O por el Carnaval de Laza (Ourense), uno de los más antiguos y característicos de Galicia, que tiene como gran protagonista la figura del peliqueiro, o de las dos peliqueiras Alba y Noelia, que cada año regresan con la misión de espantar los malos espíritus.
Adentrarse en el mundo de Adrián Baúlde supone también rendir homenaje, a través de estas 42 profesionales, a todas las atlánticas y “concienciar sobre el trabajo que realizan y hacerlo visible resaltando todo el buen hacer que se extrae de sus manos”.
Este proyecto es el resultado de la propia biografía y trayectoria laboral de su autor, natural de Cambados y que desde 2014 ha colaborado en diferentes medios de comunicación como La Voz de Galicia, La Opinión de A Coruña o Roller Agencia. También ha realizado las imágenes oficiales del Obradoiro CAB y se ha especializado en fotoperiodismo y en fotografía de producto y publicidad.
Atlánticas nació como trabajo final del Máster en Fotografía y Postproducción (Too Many Flash) que realizó en Madrid y se suma a la lista de exposiciones individuales y colectivas ya realizadas para Mariscadoras, Corentena o PhotoEspaña. En 2020, una foto de su seguimiento de la pandemia se expuso en #PHEdesdemibalcón de PhotoEspaña en el Parque del Retiro de Madrid y en el Centro Cultural español de Washington DC, y en 2022 participó en la #PHiestaPHE de PhotoEspaña en el Palácio de Palhavã (Embajada de España) en Lisboa.
La exposición, de entrada gratuita, tiene todas las explicaciones en gallego y en inglés, para abrirse al visitante foráneo. De hecho, ha recibido visitantes extranjeros que gracias a esta muestra han conocido paisajes y entornos laborales “que no habían visto nunca”.
Atlánticas puede visitarse de martes a sábado de 16:00 a 20:00 horas y los domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas en el Museo do Pobo Galego.
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